'No juzguéis y no seréis juzgados', por Cristina Castro

Hace pocos días un joven fue demandado por la Hermandad de Jaén por hacer un montaje poniendo su rostro en la cara de Cristo. El chico tendrá que pagar 480 euros por la ofensa. Hace un año, el concejal de Cultura de A Coruña fue también demandado por permitir la representación del Papa bebiendo vino en un cartel de carnaval. Estas demandas son la mejor manifestación de la trayectoria hipócrita en la que la Iglesia está cayendo. Y es que si verdaderamente estas personas tuviesen la costumbre de leer la Biblia y seguir las enseñanzas de Dios y de Jesús, jamás permitirían que nadie cumpliese condena o pagase tributos por haberles ofendido. Ejemplos de esto podemos encontrarlos incluso en el Génesis, donde José perdona a sus hermanos después de haberle vendido como esclavo. También podemos encontrar muestras de perdón en Lucas 6:28 «bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian» o Mateo 5:44: «Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen». Para terminar, es curioso como muchos de los juicios motivados por delitos a los sentimientos religiosos se solventaron económicamente, parece que la Iglesia se ha olvidado de que la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual es codiciado por aquellos que se extraviaron de la fe (Timoteo 6:10).