Enrique Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea, explicaba hace pocas semanas que la memoria histórica es un oxímoron y esconde una interpretación ideológica del conflicto, «si es memoria es parcial y subjetiva y no es historia, y si es historia será ciencia histórica y no memoria», pero explícale esto a algunos€, como dijo Einstein, es mucho más difícil desintegrar un prejuicio que un átomo. Además, con los viejos demonios no se debería jugar. Añadía el citado profesor que no existe nostalgia del comunismo porque los países que experimentaron las dictaduras comunistas se vacunaron para no repetir, nunca máis, se dijeron.

Pero de esto no hablaron en el grupo de conspicuos afiliados del PP de Málaga que hace unas fechas se reunieron a comer espantados por la falta de iniciativa política del partido, que sestea desde tiempo inmemorial. Los recientes descubrimientos en la cueva de Ardales deben ser posteriores a ese estado de postración en que se encuentra la derecha española, que cuando se despabila incluso se equivoca, como en la retirada de la obra Presos políticos de Santiago Sierra en Arco -pero déjalo, si es un bodrio, no le hagas publicidad-. Sí hay que decir a su favor que, al menos, ha intentando frenar en el Congreso la instauración de la censura, en su propósito de tumbar la ley LGTBI, pero ya era tarde, llevaba mucho tiempo consintiendo y la radiactividad de las ideas, más peligrosa que las armas de fuego, ha alcanzado a propios y extraños. Pero es que le viene tal somanta de palos al Gobierno y al partido que lo sustenta que veremos qué pasa€ Ahora intenta burlar las demandas de policías y guardias civiles, a los que necesita más que nunca, busca el dinero y corre a ofrecérselo, que te van a pegar; y de los compromisos que adquirió con Rivera que si te vi no me acuerdo. Y los jubilados que salen a la calle, hartos de tantas milongas. Así solo nos queda la esquela.

Igualito que Macron, con iniciativa política, marcando agenda, ahora propone una ley que endurece el control de la inmigración ilegal. ¿Quién dijo que José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el peor presidente de la democracia española?, y es difícil porque el ex sigue erre que erre, no solo con su apoyo a la dictadura venezolana sino que avala la reelección de Evo Morales en Bolivia junto a Iglesias y Garzón. Menudas junteras.

Ya aquí, el Ayuntamiento quiere recuperar el uso del edificio de La Casa Invisible, a buenas horas mangas verdes, y para que se vea buena voluntad por los okupas pues éstos cancelan las jornadas con expresos de los GRAPOs, si es que son de buenos, lo que pasa es que no los entendemos. Porque, vamos a ver, no extraña nada que la Sala Segunda del Tribunal Supremo ratificara la condena a tres años y medio de cárcel que la Audiencia Nacional había dictado contra el rapero Valtonyc, que no se llama así, claro, por delitos de calumnias e injurias graves a la Corona, enaltecimiento de ETA y GRAPO y amenazas en internet, donde el chico vomitaba.

En cambio, es enternecedor el camino de Santiago que llevará a Dani Pérez hacia el sí quiero. Me parece un joven políticamente limpio y voluntarioso, como Juan Antonio Lara, candidato a la Alcaldía de Benalmádena por el PP, otro movimiento táctico de Elías Bendodo, que parece certero. Pero la gota que colma el vaso es la anulación por el Tribunal Constitucional del sistema Wert para escolarizar en castellano en Tabarnia, a ver qué conejo se saca ahora Méndez de Vigo de la chistera, y su hermana Beatriz, ex número dos del CNI, en China, ¿por qué se fue?

Aquí, todo sigue igual. Una condena por un delito de coacción a un cargo de confianza de Málaga Ahora -Juan Diaz, coordinador del grupo en Diputación-, etc. Como contrapunto, mi amiga Elvira Roca recibirá una de las Medallas de Andalucía; profesora de inesperado éxito con Imperiofobia y leyenda negra. Mientras, otra mujer, se autoflagela, caso de Penélope Cruz, que pide que se cambie el final de los cuentos infantiles porque son machistas, ¡ay esa pulsión totalitaria de reescribir la historia! Luis Chamizo escribía mejor:

Toíto lleno de tierra

le levanté del suelo;

le miré mu despacio, mu despacio

con una miaja de respeto.

Era un hijo, ¡mi hijo!,

hijo de dambos, hijo nuestro€

Ella me le pedía

con los brazos abiertos.

¡Qué bonita qu´estaba

llorando y sonriyendo!