yer leíamos en primera página cómo han subido los precios de los alquileres de locales comerciales en Málaga. Algunas cifras son extremadamente llamativas, en calle Larios por ejemplo hay locales por los que se pagan 260 euros el metro cuadrado, es decir, si tienes un local de 100 metros cuadrados has de pagar 26.000 euros a su propietario para montar tu negocio allí. Lo siguiente es pagar nóminas, el producto que se venda, impuestos, tasas, permisos y demás.

En cualquier caso si alguien está pagando eso es porque le salen las cuentas, imagino. Otro asunto es por qué tenemos estos precios. Cualquier economistas te dirá que algo tiene mucho valor porque alguien está dispuesto a pagarlo, porque hay más demanda que oferta. Pero ¿qué tiene calle Larios que no tenga calle Nueva? ¿O calle San Juan? ¿Por qué hay escasez si realmente el centro podría llegar perfectamente de forma ordenada hasta la avenida de la Rosaleda o hasta calle Lagunillas por el norte?

Mucho me temo que de nuevo nos topamos con la administración que no facilita que esta expansión se produzca en igualdad de condiciones en todas las calles. Además esto nos lleva a una segunda disyuntiva, ¿pagan los mismos impuestos en calle Larios que en calle Granada? Según los datos que se publicaban ayer en este periódico la diferencia puede llegar a ser de un 300% a favor de la calle dedicada a nuestro famoso Marqués. Además leemos también que es calle Larios junto con Preciados en Madrid y Porta de Angel en Barcelona la más cara del país. Es la marquesa de las calles, la noble, la bien tratada. No debería haber tanta diferencia de clases en las calles de Málaga. Esto que puede ser un síntoma de lo buena que es calle Larios, es, a la vez, un síntoma de una mala gestión y distribución de la ciudad.