El fútbol, un deporte donde la principal competición, la liga, es como una carrera de fondo en la que hay que intentar cometer los menos errores posibles. Muchos partidos, cientos de sesiones de entrenamiento, risas y llantos, un cúmulo de minutos en las piernas que a estas alturas de temporada se convierten en cansancio y sin embargo, una se olvida de todo cuando delante tiene siete días para preparar lo que el domingo podría ser una gran fiesta, aquella que sin duda, de ser así, nos habríamos merecido.

¿Cómo afrontar una semana en la que te lo juegas todo? Pues supongo que como otra cualquiera. Si hemos llegado hasta este punto, encontrándonos una situación en la cual depende únicamente de nosotras poner o no la guinda al pastel, será por algo, estaremos haciendo las cosas bien. Se avecinan días emocionantes en los que puede suceder de todo, pero sabemos que no hay equipo que trabaje con más ilusión que nosotras, que preparamos los 90 minutos del domingo con el alma, por eso confío y estoy completamente convencida que una vez el árbitro pite el final más de una, y de uno, soltaremos alguna lágrima de felicidad.

Está en nuestras manos ganar o no esta carrera de fondo. A falta de dos partidos para terminarla, la liga puede ser nuestra ganando el siguiente encuentro. En casa, delante de nuestra afición, con nuestra gente, aquella que no ve celebrar un título de la sección femenina desde hace aproximadamente 10 años y que se lo merece tanto como nosotras. Y cuando hablo de nosotras incluyo a todo el cuerpo técnico, los que manejan el timón de este barco del cual no se ha bajado nadie. Son ya casi cuatro meses sin ver a la familia, sin abrazar a mis padres, a mi hermano, a mis amigas y para colmo perderme este pasado sábado la boda de mis amigos de toda la vida son algunos de los sacrificios que conlleva cuidarse para conseguir el sueño de proclamarnos campeonas.

Hay que teñir la grada de blanquiazul. Ese jugador número 12 que en muchas ocasiones es la afición se transforma en pieza clave en momentos importantes empujando al equipo hacia el éxito. Si todo va como deseamos, quedaría una jornada más. Y ya una vez acabada la liga regular habrá tiempo de pensar en los Play Off y hablar de posibles rivales. Hasta entones, que sean los demás los que teman enfrentarse a nosotras.