La irrupción de la Euroliga en el baloncesto europeo y las Licencias A, ese privilegio del que gozan 11 equipos en una competición de 16, ha extendido la creencia de que es imposible competir con ellos. La noticia de que el Maccabi pretende crear 2 equipos, uno para la competición europea y otro para la liga domestica acentúa esta precepción y parece dividir en dos el baloncesto del viejo continente. Es cierto que estos 11 privilegiados (contando al Panathinaikos, que parece que va a dejar su plaza vacante) tienen ventaja pero no es cierto que no se pueda competir con garantías y a lo largo del tiempo contra ellos. Los Utah Jazz en la NBA son el ejemplo.

Los Jazz nacieron en Nueva Orleans en 1974 de ahí su nombre y su logo pero no cuajó en la Luisiana y cinco años después de traslado a Salt Lake City, la capital de Utah, el estado de los mormones. Y ahí han escrito su historia. Una historia ganadora para una franquicia de un mercado pequeño. Un lugar para ganar a pesar de que los jugadores no quieren ir. La vida tranquila de la ciudad, la falta de opciones de ocio... son algunas de las causas de estas negativas incluso en su época más gloriosa. Andrés Montes siempre decía que era la ciudad más tranquila que conocía, que a las diez de la noche cerraban los bares y que en algunas zonas de la ciudad hasta apagaban el alumbrado público.

En la historia de la franquicia sólo se conocen dos casos de jugadores que se hayan mantenido en el equipo a pesar de tener grandes ofertas de otros equipos importantes de la liga, John Stockton y Karl Malone. Casi todos los demás, en cuanto han podido se han marchado aceptando una oferta mejor o incluso peor. Los elegidos en el draft suelen hacerlo al acabar su contrato de novato, el último caso Gordon Hayward. Y a pesar de todo, los Jazz ganan. Este año se han colado quintos en la poderosa conferencia oeste y si hubieran ganado anoche en Portland habrían sido terceros.

Sus proyectos se basan en un buen entrenador que suele tener longevidad en el banquillo, Frank Layden, Jerry Sloan (22 años) y ahora Quin Snyder. Un reducido núcleo duro de jugadores que marcan el estilo del equipo, en este caso Rudy Gobert, Joe Ingles, Derrick Favors y ahora Ricky Rubio. Jugadores de equipo como Alec Burks o Dante Exum y un montón de jugadores que vienen y van. La defensa y el equipo por encima de todo como forma de cohesión, y un espíritu forjado durante años.

El jugador mejor pagado de los Jazz, Rudy Gobert, es el 37 de NBA. Sus tres mejores jugadores son un francés, un español y un australiano, pero compiten y ganan. Es mucho más difícil hacer las cosas que siendo los Knicks, por ejemplo, pero ganan mucho más que el equipo de New York porque las hacen mejor.

En el cielo de Utah no hay estrellas porque la estrella es el modelo, es el equipo, y ese camino es el que tienen que seguir los equipos como Unicaja, que no teniendo una Licencia A, tienen que competir. En Europa no hay draft, pero las elecciones universitarias aquí son la cantera y hay que volver a mimar y a mirar a Los Guindos para completar un equipo que de una vez por todas debe consolidar un bloque de 4-5 jugadores que sigan año tras año y no tienen que ser los 5 mejores de Europa, ni los más pagados. En Salt Lake City solo tienen 3 jugadores entre los 100 que más ingresan. Suerte....