Asusta, el papel de las redes, al servicio de mensajes de odio, en la persecución étnica de la minoría rohinyá, en Birmania. Un corrimiento de carga en la bodega de un barco lo lleva a pique si rompen los mamparos (tabiques para evitar el desplazamiento súbito y violento de una masa: eso es la democracia representativa). Empieza a verse que en el populismo, ya para siempre inseparable de las redes, hay el mismo potencial criminal de un linchamiento. Canetti, el gran teorizador de las formas de masa, no vivió para conocer la última modalidad que reviste, la masa de red. ¿Es tan distinta, en el fondo, la violencia de la democracia instantánea de una estampida?. Con el asunto Zuckerberg/Facebook, el descontrol de las redes se ha sentado por primera vez en el banquillo (político). Ahora falta que los epidemiólogos se ocupen de cómo se propaga la enfermedad, y dicten la profilaxis.