Radicalismo soterrado

Debe ser que toda actividad deportiva popular genera su propia masa de carga contraria: es el caso de esos grupúsculos de hinchas radicales que (organizados) rompen todas las normas de convivencia habidas y por haber. Todo lo contrario a lo que nos invita el deporte con su visión o práctica. Radicalizarse es la idiosincrasia de estos energúmenos; eso sí, soterrada bajo un falso espíritu deportivo, que (horas previas a la celebración del partido) va en aumento bajo los efectos de los litros de alcohol consumidos y el ruidoso espectáculo callejero organizado; y que van en contra de lo que hipócritamente creen respaldar: el deporte.

Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte. Málaga