Los cambios en la denominación de las calles, bien por aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, bien por cualquier otra causa, siguen creando polémica. La última brotó en Barcelona al cambiar la Corporación que preside Ada Colau el nombre de una céntrica calle dedicada al almirante Cervera, un famoso héroe de la Guerra de Cuba, por el del fallecido actor Pepe Rubianes.

La opción municipal ya era de inicio discutible dados los méritos difícilmente equiparables de los dos personajes, pero se vino a complicar todavía más al calificar la alcaldesa de «facha» al almirante. De inmediato surgieron voces discrepantes, la mayoría para llamar ignorante a la señora Colau. En unos casos para hacerle ver el contrasentido que supone que don Pascual Cervera y Topete haya sido calificado de héroe por historiadores norteamericanos y por los dirigentes comunistas cubanos Fidel y Raúl Castro, mientras en su propio país se ofende su memoria. Y en otros, para resaltar un talante liberal que no casa con el tiempo histórico muy posterior en el que surgen los movimientos fascistas.

Todos los escolares de mi tiempo fuimos ampliamente informados de la gesta del almirante Cervera, que se enfrentó a una escuadra norteamericana muy superior con unos viejos barcos de madera cumpliendo órdenes de un lejano gobierno español que le obligó a romper el bloqueo a que estaba sometido en la bahía de Santiago de Cuba. «Antes de salir -escribe Juan Bosch en su libro El Caribe, frontera imperial- envió un mensaje diciendo que cumpliría las órdenes pero que era consciente de que llevaba a sus hombres a la muerte». Luego ordenó a sus oficiales vestir traje de gala para entrar en combate.

Pese a los funestos vaticinios, el almirante pudo salvarse nadando del hundimiento de su barco y acabó rindiéndose al mando norteamericano. Nadie se explica cómo la señora Colau pudo haber caído en el error de llamar ´facha´, salvo que entienda que el término es equivalente a ´antiguo´ o ´pasado de moda´, que todo pudiera ser.

Claro que también cabe la posibilidad de que todo haya sido un error de algún asesor de la alcaldesa que confundió la figura del almirante Cervera con el barco del mismo nombre. Un crucero que durante su tiempo de servicio al bando franquista durante la guerra civil fue conocido con el apodo de «el chulo del Cantábrico» por su incesante labor de bombardeo de zonas costeras afectas a la República. Sea dicho todo esto sin menoscabo de los méritos del actor Pepe Rubianes, que hizo en vida unas declaraciones muy polémicas, y escatológicas, sobre su escaso sentido del patriotismo. Luego tuvo que excusarse aclarando que solo quería insultar a la España que había matado a Lorca. Algunos lo recordarán por su estupenda interpretación de ´Makinavaja´. Ningún parecido con el almirante.