Todo español que se precie y sienta orgullo de serlo, entre los que suscribimos muchos más de los que atontecen con discursos separatistas, antisistemas o a favor de la mal llamada república catalana aunque vivan en Castilla o Andalucía, no salimos del asombro, o no asombra ya nada, con el discursos del nuevo presidente de la Generalitat.

Tampoco cabía esperar otra cosa visto el recorrido, de quien nada más ser investido se presenta a sí mismo como una marioneta de Puigdemont afirmando que éste es el verdadero presidente de la Generalitat. Quim Torra se ha presentado como un ´mandao´, hombre de paja, maniquí o subordinado del prófugo. No hay lugar a dudas, sus primeros balbuceos presidenciales han sido que luchará por una república para todos. Eso sí, sin aclarar si será una república para Cataluña, una república en España, o una república independiente para cada una de las autonomías. Vamos que tendríamos más presidentes de repúblicas que de clubes de fútbol de primera división. O no, porque ya tendríamos tantas primeras divisiones como republicas dentro de España. Faltarían equipos de fútbol y para completar las quinielas de algunas de las republicas que proclama Quim tendríamos que acudir a las ligas escolares.

Poco le va a durar el delirio a Quim, esta vez menos que a Carles. En esta ocasión PP y PSOE van de la mano y desde el principio, con firmeza, decisión y sin paños calientes, como debe ser y nunca debió dejar de ser, pero fue. Los dos partidos históricamente constitucionalistas, que saben de qué va esto y cómo se ha de actuar, otros deberían sumarse para aprender, han marcado la hoja de ruta al margen de los intereses electoralistas. Para eso está Ciudadanos que desmarcándose cree se saldrá de las encuestas, esta vez sí, tanta carrera desbocada puede hacerle quedar en fuera de juego. Es el riesgo que se corre cuando se juega al farol y o no sabes jugar, o lo que hay en juego no importa arriesgarlo.

PP y PSOE han estado a la altura que se esperaba, lo que hay en juego sí les importa. Saben que la aplicación del artículo 155 termina con la investidura de Quim, así fue acordado por el Consejo de Ministros el pasado 21 de octubre. Que otros digan de prorrogarlo es eso, decir para alimentar encuestas. Quedémonos con lo que importa, tranquiliza y garantiza el orden constitucional, PP y PSOE no harán concesiones y a la más mínima que Quim ejecute su delirio, otro 155 y si es necesario con más intervención que el anterior.

Hoy socialistas y populares han dado una lección a aquellos que han crecido a costa de denostar a los partidos mayoritarios, que lo son. Hoy ambas formaciones han dejado claro por qué eran, y deben seguir siendo mayoritarios en las urnas, aunque otros sigan jugando a serlo en las encuestas.