Serían las doce y pico de la mañana de anteayer domingo. Estaba en la redacción. No había casi nadie. Silencio. Una redacción en silencio es como un cementerio con ruido. O sea, una contradicción en los términos. Pero así son las cosas ahora.

Estábamos en silencio, digo, cuando de repente a unos metros, en la plaza de la Constitución se oyó un viril y estruendoso, firme, rotundo y claro «viva España». Joder qué susto. Era el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Yo pego ese vozarrón, que debió oírse en un kilómetro a la redonda y, aún teniendo treinta años menos que él, me tengo que acostar una semana de la ronquera y el dolor de garganta. Fue un viva España de los que ya no se estilan. Me dieron ganas, sí, la verdad, de correr y alistarme. Vaya ardor por dentro. Qué furor, madre. Alistarme, no en el PP, en la Legión. Había un homenaje a la bandera y un desfile de dicho cuerpo por el Centro. Como parte del programa se hizo una parada en la plaza de la Constitución donde allí los próceres tuvieron la oportunidad de dirigirse al público, público que, sin embargo, no quería que nadie, nada más que la Legión, se dirigiera a él. Como el munícipe por antonomasia, De la Torre, conoce al público, se dejó de zarandajas y circunloquios y discursitos largos (cosa que debió costarle bastante) y fue al grano.

El grano es viva España, que como afirmación es suscribible y pausible y te hace quedar bastante bien en casi todos los sitios al sur del Ebro. Sobre todo si estás rodeado de legionarios. Pero que sepa el alcalde (que como sigan así las cosas en el PP va a ser el Asterix nacional del partido) que le ha salido fuerte competencia. Patriótica competencia. Albert Rivera, en su gira «En ocasiones veo españoles» viene a Málaga el 16 de junio. Málaga, primera parada tras Madrid. Aquí hay tema. No se sabe si Rivera trae legionarios. Banderón de España sí. Legionarios de Cristo a lo mejor también, que están ahora muy rebotados con Aznar. El mismo Aznar, dicen en los mentideros, está deseando hacer explícito su apoyo a Ciudadanos. Creo que yo que para la próxima parada legionaria malacitana el grito de viva España debería darlo mejor Teresa Porras, que tiene más voz, de sargento. Más voz y cada vez más voto. Así se perfilaría más como posible sucesora del munícipe. Vamos, yo soy legionario y oigo un vozarrón de Teresa Porras y me voy solito a conquistar y tomar Perejil, el Rif y la Casona del Parque. Gritando viva España.