Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina. Ya queda poco tiempo para disfrutar de esas esperadas semanas, con el fin de borrar momentáneamente la incómoda y pesada monotonía, descansar, recargar las baterías y reponer fuerzas para el resto del año. Sin embargo, en ocasiones, parece que no es así. Es más, ese tiempo libre, supuestamente ideal, puede llegar a constituir un grave problema para la salud.

De hecho, desde hace unos años, se viene hablando de que una cuarta parte de las separaciones de pareja se producen al finalizar los meses de verano -por eso de que la convivencia intensa puede hacer saltar por los aires la saturación que producen las expectativas frustradas- y del «síndrome postvacacional». Pero el asunto va más allá y en los últimos años se empieza a decir que ese estado de apatía, labilidad emocional, cansancio, tristeza y mal humor se puede iniciar en plenas vacaciones. La han llamado «depresión de la tumbona» ¿Y cómo se puede prevenir? Pues difícil, al menos a juzgar por las causas que la producen: atascos, retrasos y cancelaciones en los medios de transporte, «overbooking», la constante presencia de los niños, el calor, las broncas, pérdida de equipajes... ¡Qué complicada nos resulta la existencia! ¡Y cómo nos gusta complicarla! Porque lo cierto es que son muchas las personas que se pasan todo el año ahorrando para tener unos días que les permitan cortar con todo, inventar una opción distinta a la cotidiana y, por supuesto, pasarlo bien a toda costa.

Y, señoras y señores, corriendo riesgos. Porque a muchos y a muchas parece que les gusta el riesgo. Lo dicen las encuestas. Más del 80% de las mujeres heterosexuales -la mitad de las cuales se declaran más activas sexualmente- no toman en consideración la anticoncepción al organizar las vacaciones. ¿Y ellos? ¡Pobrecillos, bastante tienen con pensar en los coches, en el fútbol€, en echar unas canitas al aire, en€!

Pero estos jueguecitos son cosa de dos, por lo menos, y dejar a óvulos y espermatozoides en libertad, haciendo lo que les da la gana, puede llegar a complicar tanto la vida de esas personas que les estropea el resto del año y, en ocasiones, la relación de pareja. Y después de leer estos extensos y pesimistas datos, ¿les parece exagerado si reitero que el periodo vacacional puede llegar a constituir un grave e importante problema para la salud?