La amenaza de los anglicismos

Con el tiempo, el uso de anglicismos se ha hecho cada vez más frecuente e intenso. Podríamos afirmar que no pasa ni un día sin que utilicemos o leamos una palabra inglesa, aunque esta tenga un equivalente en español, porque se trata de términos ya arraigados en la cotidianidad. Por un lado, es verdad que los anglicismos enriquecen la lengua española, porque hacen que sea más moderna y actual; por otro, sin embargo, en cierta medida le quitan importancia e incluso llegan a amenazarla. Según mi opinión, utilizar palabras de otros idiomas es provechoso siempre y cuando dichos términos no se puedan traducir. Es decir, si es posible realizar la traducción al español, por más anticuada que pueda parecer, no se debería utilizar el anglicismo, porque hace falta proteger el léxico de la propia lengua materna. De todas formas, emplear unas cuantas palabras inglesas -o, más en general, extranjeras- está bien si el uso no se convierte en abuso. Cabe recordar que el idioma es un patrimonio inmaterial único que contribuye a forjar nuestra identidad y nuestra cultura; por lo tanto, cuidar el idioma significa salvaguardar nuestra historia y nuestra tradición. Hoy en día, la defensa del español es fundamental, porque el mundo -y, por consiguiente, nuestra lengua- está cambiando y evolucionando muy rápidamente: de hecho, los préstamos del inglés -idioma dominante en la tecnología y en los medios de comunicación- van aumentando cada día más. Por ejemplo, las redes sociales, los teléfonos inteligentes y todos los dispositivos electrónicos nos han obligado, de alguna manera, a usar anglicismos: baste pensar en palabras como forwardear (enviar), mouse (ratón, cursor), business (negocio), online (en línea), casting (audición). Todas tienen una alternativa en español que significa lo mismo, pero se considera más guay -o más cool- elegir el inglés. En conclusión, el empleo de anglicismos es cada vez más habitual y en la mayoría de los casos se trata de un uso innecesario, debido probablemente a «un complejo de inferioridad que los españoles tienen ante el inglés», como afirmó Daniel Blasco Palacio, director de la RAE. Sin embargo, el español es un idioma de gran importancia y es indispensable cuidar el uso del lenguaje para que los préstamos del inglés, en el futuro, no reemplacen totalmente a los equivalentes términos españoles. .

Alessandra AvvisatiMálaga