El 28 de junio se celebra el Día del Orgullo LGBT, una fecha para reivindicar los derechos de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales e instar al resto de sociedad al respeto y sobre todo a conseguir la igualdad real que nuestro colectivo lleva siglos sorteando la discriminación a nivel mundial a causa de su orientación sexual e identidad de género.

La conmemoración tiene su origen en los disturbios en el bar neoyorquino de Stonewall, el 28 de junio de 1969. Ante una redada policial para arrestar a homosexuales, las personas presentes en el local se rebelaron contra los abusos policiales. Esta movilización dio pie a una serie de protestas ciudadanas, marcando el inicio del movimiento de liberación homosexual.

Este año, se cumplen 40 años de la eliminación en España de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (LPRS). Aquella victoria dio lugar a sucesivos avances legales como la adopción individual que permitió a gais y lesbianas convertirse en padres y madres (1987), la eliminación del delito de escándalo público (1988), la ampliación a mujeres solteras de la fecundación asistida que dio lugar a que las mujeres lesbianas pudieran acceder a dichas técnicas reproductivas (1988), el reconocimiento de las parejas de dos personas del mismo sexo en la Ley de Arrendamientos Urbanos (1994), la introducción en el llamado Código Penal de la Democracia del delito de discriminación por razón sexual e identidad de género (1995), la creación de la UTIG de Málaga (1997), la Ley de Parejas de Hecho de Andalucía (2002), la reforma del Código Civil para incluir el matrimonio igualitario (2005), la modificación de la ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas (2007), la ley integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía (2014) y la ley para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía (2017), que han permitido llegar a una cierta igualdad jurídica y grandes progresos de la igualdad social.

Avances legales y sociales que también encuentran amenazas en una sociedad, la española, cada vez más diversa. En este sentido, el respeto a la diversidad cultural, étnica, religiosa, etc. no puede ser un argumento para tolerar la represión de la diversidad de la orientación sexual y la identidad de género. Por ello, las Administraciones Públicas deben asegurar los derechos y libertades de las personas homosexuales (gais y lesbianas), bisexuales, trans e intersexuales, independientemente de su origen religioso, étnico, nacional o cultural. Por eso hay nuevos horizontes, para poder conseguir la igualdad real que aún dista mucho de que sea una realidad, pero paso a paso en cuarenta años se han conseguido importantes logros. Y ¡ojo! Estaremos atentos para no retroceder en estos y en los venideros avances y necesidades que se le plantean al colectivo LGBTI.

*Antonio Ferre Alonso es presidente Federación Andalucía Diversidad LGBT