Las mejoras en las pensiones en el alero

El novísimo Gobierno se preocupa, como tiene que ser, por la recuperación y estabilización del sistema de la Seguridad Social; algo que parece problemático en lo que toca a conceder las mejoras que desde el colectivo de mayores se exigen para las pensiones, sobre todo para las de menor calado económico. Temen desde las instancias del poder hoy asentado (no se sabe si para mucho o corto plazo) que esta medida afecte al cumplimiento de déficit de los presupuestos del Estado, algo que desde Bruselas se exige para que estos no se desborden sin contención aparente.

¿Teme el Gobierno de nuevo cuño que el aumento de las pensiones exija cortapisas a los Presupuestos del Estado lo suficientemente amplias como para desvirtuar los objetivos de déficit? O lo que lo mismo, ¿que alteren el compromiso con Bruselas de embridarlos? Tarea ardua, ¡vive Dios!, porque la idea de elevar el calado de los impuestos o flagelar a los bancos con nuevos tributos para servir este fin, por mucho que esta decisión sea mucho que desear, no parece que se implante, al menos en tiempos próximos. Sabemos que las pensiones, y con más razón, las que ahora se doblan en su importe cuando el año alcanza su primera mitad, ha sido para satisfacerlas recurrir al endeudamiento con el Tesoro Público para hacerles frente; medida ésta más que necesaria y urgente dado que los ánimos de los pensionistas, en cuyas filas milito, se encuentran más que encrespados exigiendo unas mejoras a tono con la subida implacable del IPC, como saben, un índice económico que juzga los precios de bienes y servicios que se conocen como ‘cesta familiar’, esa que cada ama de casa pretende llenar entera o en parte a juzgar del momento que se viva y la variación del precio de los artículos según en el momento de la compra actual y la que se hizo anteriormente. Consecuencias perentorias y evidentes: la Seguridad Social engorda su deuda a ojos vista y la controversia en el llamado Pacto de Toledo ni avanza ni retrocede en sus decisiones, algo que no tiene por menos que agobiarnos a quienes no con dificultades manifiestas llegamos a fin de mes. Malos tiempos se presagian para los pensionistas, si es que los gobernantes de turno no se atan bien los machos para transitar con paso firme por tan arduo problema que no ceja en su martilleo en el sentir de quienes menos tienen. Su suerte en un alero.

José BecerraMálaga