Leo que el Ayuntamiento va a empezar a avisar a los vecinos con dos días de antelación cuándo van a baldear sus calles, colocando al efecto carteles en la zona. Me imaginaba algo más castizo, como el eterno camión del tapicero, anunciando por las calles que el baldeador ha llegado a su ciudad, con la especialidad en eliminación de manchas que no han conocido agua y jabón desde la última campaña electoral, aquella en la que Paco era Paco el Eficaz, y en la que el logo del PP quedaba tapado con la cabeza senatorial del señor alcalde. Se avisará con dos días de antelación, para que los ciudadanos sepan que se va a limpiar. Igual dejan los carteles un par de semanas más, para que se sepa que se ha limpiado, porque el contribuyente es olvidadizo, y en cuanto ve la acera llena de mugre se queja, y no recuerda que allí se ha limpiado y que hay un anuncio que lo recuerda, que es lo importante.

También, para dejar un buen recuerdo, se advierte a los vecinos de que deben retirar los coches para que el baldeo sea eficaz, que si luego no se encuentra usted la calle limpia no sea por culpa nuestra, con la posibilidad de que los vehículos renuentes sean trasladados por la grúa municipal al depósito. Hacen bien en advertirlo: hay zonas en las que no se conoce un baldeo, y puede que alguien, con el despiste, piense que el coche que por fin había conseguido aparcar a menos de un kilómetro de su casa, se ha disuelto con el agua y con ese aromatizante que le echan al agua para que parezca que todo huele a limpio.

Un Diluvio Universal no, que es un follón de organizar, pero un buen manguerazo, un tsunami electoral, sí que le va a venir bien a esta ciudad.