Hay un tiburón blanco en la isla de Cabrera, ahí al lado, nadando Mediterráneo arriba por el levante del mapa de España, o del extranjero según Torra. Mañana será julio. Ya se puede poner aquí tono de verano, aunque es el tono que parece que ya tienen las Noticias durante todo el año. El tono de verano te permite escribir con un bañador hawaiano en el cerebro. Si por este Sur nos quejábamos de un enjambre de esa especie de medusa de nombre tan bonito, pelagia noctiluca (profunda nocheluz), que si te roza con sus tentaculillos te deja el brazo dolorido, en Baleares si te da un beso el gran blanco se te lleva el brazo de recuerdo.

40 años

Quienes vimos Tiburón en su momento le cogimos miedo a la Misericordia (la humilde playa de mi infancia malagueña) Todo el mundo sabe -pero una vez más por si acaso no- que la película la dirigió Spielberg enfrentándose a mil problemas, muñeco del bicho incluido. Era el año 1975, la película se estrenó en verano (blanco no sólo es el vientre del escualo sino también la leche, mala, con la que se pensó estrenarla con las playas llenas de hamburguesas humanas). En noviembre se moría Franco (a quien, hasta el nada primario, a pesar de competir en las primarias del PP, Margallo, le parece bien que lo saquen ya de ese sitio raro -recuerden, tono de verano- para enterrarlo al fin con la sagrada normalidad que ese asunto requiere) Y tres años después, en diciembre, se aprobaba la Constitución de la que ahora celebramos, excepto Torra, sus cuarenta años. Todo eso se le pasa a uno por la cabeza viendo nadar en el informativo a ese balear Carcharodon carcharias (nombre científico de ese tiburón que muchos aprendimos cuando el personaje de Richard Dreyfuss, naturalista marino, se lo explicaba a un agobiado Roy Scheider, que hacía de buen policía, buen marido y buen padre de sus hijos).

Mi niño y la coquina

Como padre también de los que llevan a sus niños a la playa, y no para que un tiburón los confunda con una foca, ni para que pisen una araña (pez araña, Trachinus draco, un delicioso animalito que sabe parecido al rape) y se pinchen con sus espinas dorsales al poner el pie en la arena mientras se bañan en el mar, ni para que les rocen las medusas, ni para que traguen agua sin saneamiento integral; como padre que lleva a su niño a la playa, decía, soy de los que están con siete ojos no vaya a ser que por encontrarse una coquina me lo saquen en la tele por haber estado a punto de ser mordido por el bivalvo. Igual que sacan sin parar otro tipo de animales, como los de la manada, convirtiendo a quienes apenas son algo en alguien hasta el paroxismo, audiovisual, de convertirles en más famosos que Ricky Martin (buen niño, le entrevisté hace años). O le saquen tanto como sacan, incluso los periódicos, al terrorista ése de París, Abdeslam, diciendo chorradas que con la fuerza de un titular parecen El Arte de la guerra de Lao Tsé; o como a la asesina del pececito Gabriel escribiendo cartas donde no dice nada merecedor de ser oído por oído inteligente alguno.

Carmencita y Torrijos

Sí entiendo que los periódicos locales den la noticia de que una plaza de un barrio marinero, como el barrio malagueño de El Palo, por ejemplo, se le dedique a Carmencita, la comadrona. Porque Carmen Medina fue una mujer querida que atendió a muchas mujeres de condición humilde; casi tanto, al final de sus días, como lo fue ella. Me gustan estos gestos de empoderamiento afectivo por la memoria de sus vecinos que se producen en los barrios de toda la vida. Es como si Carmen estuviera ya para siempre sentada en esa plaza. Lo que no entiendo es que las ciudades, cuando tienen nombres que trascienden incluso sus límites municipales, como el del general Torrijos, les pongan un hotel precisamente donde fueron fusilados al amanecer -como ilustra el emocionante cuadro de Gisbert que le ocurrió a Torrijos y sus hombres aquel 11 de diciembre de 1831 en la playa de Málaga; el cuadro se puede ver en el museo de El Prado- ¿No hay otro lugar para compensar con ese hotel? ¿No merece ese rincón unos árboles bonitos flanqueando la placa que hay en el suelo indicando el lugar de aquel tiranicidio frente al mar? Qué raro todo...

Feliz julio

Y no me da para mucho más. Pero estoy con Morenés y su defensa de la democracia española en ese acto de EEUU, claro. Pese a que lo de acusar de hacer propaganda -que la hizo- en su cara al president Torra se lo podía haber ahorrado diplomáticamente, haberse quedado en sólo negar rotundamente que en España haya presos políticos (poner más neurona que víscera siempre). Aunque sigo repitiendo que el problema del independentismo no está en tener un president con perfil tuitero de neonazi. Tampoco en tener un expresident huido que reviste su inventado victimismo con el perfil de un refugiado de guerra. El verdadero problema son dos millones de vecinos catalanes que lo aceptan, como virtud o como mal menor, habrá de todo. Feliz julio... Porque hoy es sábado.