Quién iba a pensar, con todo lo que se ha liado tras la puesta en libertad de los miembros de La Manada, que a los dos días se iba a estar hablando más de El caballero oscuro, del guardián de las noches de Gotham, que de los cinco sinvergüenzas condenados por abusos sexuales continuados (ya saben, que no fue violación y tal). Perdón por frivolizar, les explico. Resulta que uno de los cinco fantásticos (ay, por uno), concretamente el agente de la Guardia Civil, a los tres días de salir de la cárcel, pidió cita para saber en qué situación tenía el pasaporte. No por nada, por saberlo vaya. Saltaron las alarmas, se encendió la batseñal, en forma de tuit del community manager de la Policía Nacional y la fiscalía solicitaba ayer el ingreso en prisión del agente por riesgo de fuga. Al quite acudía el abogado del susodicho, alegando desconocimiento por parte de su representado y excesivo celo mediático por tratarse de quién es. No se si hablaba el alter ego de Daredevil, pero ciego está, desde luego. Pero a lo que vamos, al tuit. Las reacciones ante las formas de la Policía de alertar sobre la situación han sido mayoritariamente contrarias... lo de que la sociedad española es machista yo me resisto a creérmelo, pero que somos un poquito antiguos, puede que sea verdad. La Policía Nacional puede ser la institución nacional que más ha entendido el escenario en el que se mueve una parte cada vez más importante de la ciudadanía y en especial la juventud: las redes sociales. Donde la masa enfurece. Donde Bruce Banner se transforma en Hulk. No está por estar en las redes. Busca llegar a la gente, busca ser buscado, busca comunicar. Y un meme, un gif, en Twitter, comunica. Pero los supervillanos no lo entienden o no lo quieren entender, y tras su máscara en forma de fake critican el uso del mensaje, o dan la cara en tertulias televisivas con aires de Clark Kent con sobrepeso para calificar de «macarrismo» o de «frivolidad» el tuit...Ataques y más ataques, comentarios, tertulias, minutos de televisión y radio comentando el error o el acierto de haber utilizado un meme para algo tan grave y tan serio como el que nos ocupa. Y, mientras tanto, el community y el caballero oscuro, sonríen en su cueva, como si se hubieran transformado en villanos. «Hablad, hablad del tuit...», dicen para sí. Misión cumplida. Otra más.