El otro día en la comisión parlamentaria sobre RTVE sus señorías votaron para elegir miembros del consejo de administración del ente. Y entre los nombres propuestos salió el de Lauren Postigo. Tienen ganas de cachondeo los diputados. En el Senado, en la jornada siguiente, vuelta a los bromazos: Bisbal sacó un voto. Yo hubiera apoyado a Chenoa mejor.

Elegir a los regidores de la televisión pública no es un asunto que deba tomarse a cachondeo, pero sí es de cachondeo que haya gente con poco sentido del humor. Lauren Postigo, sí, ¿y qué pasa? Votar por Lauren Postigo es muy serio, dado que ese voto expresa el rechazo al nomenclátor partidista. Expresa el hartazgo con el proceso selectivo, el hartazgo por la manipulación informativa de la televisión pública y el hartazgo acerca de cómo los politiquitos creen que la información debe ser manipulada y manipulable por ellos. Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra, dijo Arquímedes. Dadme una televisión y tendré todo el poder, parece decirnos Pablo Iglesias. Bueno, y Pedro Sánchez. Y Hernando, Rivera y hasta el PNV, que a lo mejor exige la entrada en la programación de Vascos por el Mundo o la transferencia de la gestión de los bordillos a cambio de apoyar al candidato que digan PSOE y Podemos. El PP lo hubiera hecho aún peor. Dedazo. Redacción paralela.

Promoción sólo para dóciles muy afines. El otro día criticaba Aznar en Onda Cero cómo se están haciendo las cosas para elegir presidente de la RTVE. A lo mejor es que prefiere lo que hacía él: nombrar a un diputado del PP. Eso hizo. López Amor. No puede decirse que fuera muy independiente el hombre. Ni de consenso.

Cuando en mi colegio elegíamos delegado de clase siempre había alguien que votaba a Butragueño. Ya lo sé. En el suyo también. Yo una vez voté al Guerrero del antifaz y un cura me tiró una tiza a la cabeza. Nunca sabré cómo supo que fui yo, pero claro, supongo que uno en realidad es como lo ven los demás. Yo veo la televisión con precaución. Me pongo el casco para ver el telediario aunque cuando cambio a las privadas me pongo el chubasquero para que no me salpique la sangre de los muertos enseñados innecesariamente o la salsa de un majara haciendo de comer. Un respeto para Lauren Postigo, que habría hecho una tele un pelín casposa pero con la higiene encomiable de no sacar en pantalla a ningún mierda.