La mayoría de los españoles conocimos a Greg Wiltjer el 29 de julio de 1984. Aquel día comenzaban los JJOO de Los Ángeles y España debutaba contra Canadá. En aquel maravilloso equipo que dirigía el Coach Donahue jugaban Jay Triano, Eli Pasquale o Bill Wenington, además de tres jugadores que más tarde pasarían por nuestra Liga: Gerald Kazanowski, Toni Simms y Greg Wiltjer. El rubio pívot canadiense fue el jugador más destacado de su equipo con 16 puntos y 13 rebotes en el partido que España ganó de manera agónica por 83 a 82. Epi y Fernando Martín sumaron 47 puntos para lograr esa primera victoria. Al final del campeonato España sería medalla de plata y Canadá cuarta, después de perder el partido por el bronce con Yugoslavia por 88 a 82. Wiltjer fue el máximo reboteador de los JJOO y llamó la atención de Aíto García Reneses que dos años después le incorporó al Barcelona.

Greg fue un fichaje discutido. En un momento donde los americanos venían a España a anotar puntos, Aíto apostaba por un jugador defensivo, reboteador y no muy poderoso en ataque. A pesar de ser cortado en la liga para dar entrada a Steve Trumbo, Wiltjer siguió jugando la Recopa de Europa y fue clave en la victoria azulgrana en la final ante el Scavolini de Pesaro con 14 puntos y 18 rebotes. Walter Magnifico seguro que todavía le recuerda. Su experiencia en Europa sería clave en el desarrollo del juego de su hijo Kyle, el primer fichaje cajista de esta temporada.

En Europa Greg jugó contra jugadores como Vlade Divac y se dio cuenta de que los jugadores grandes no tenían que vivir esclavizados en la zona. Así que cuando entrenaba a su hijo en West Linn AAUU High Scholl se empeñó en que practicara el tiro exterior y el pick and pop. Como cuenta Kyle a Bob Staton en USA Today: «Mi padre me enviaba a muchos campamentos de tiro y fue decisivo en mi juego». Greg trabajaba con el pequeño Kyle los fundamentos del tiro, incluso sentado en el borde de una silla en el salón de su casa. «Levantaba el brazo derecho, apretaba los codos, el ángulo perfecto, estar en línea con la canasta y extender el brazo€ lo básico repetido cientos de veces».

El trabajo ha hecho de Kyle un jugador completamente distinto a su padre. Un pívot de 2,08 que tira más de tres que de dos y que tiene un porcentaje de acierto exterior que envidian muchos tiradores. La pasada temporada en Olimpiacos un 42,5% en Euroliga y un 46% en la Liga griega. Un gran anotador con muchas carencias en defensa, su talón de Aquiles, y el motivo por el que ahora no está en la NBA. Los scouts americanos dudaban de su rapidez en los movimientos laterales, sus capacidades en el rebote defensivo y la posibilidad de defender a los pívots rivales. Kyle sigue trabajando para mejorar en defensa y poder jugar con su ídolo, Kevin Love. Kyle no es el único deportista de la familia. Los genes deportivos de Greg y Carol corren por la venas de sus cuatro hijos. Su hermano mayor Sam jugó al baloncesto, su hermana Jordan Adams llegó a debutar en la WNBA con Las Minnesota Lynx y su hermana pequeña Arianna destacó en el voleibol.

Kyle es el primero pero no será el último. Los nombres que suenan Jaime Fernández, Errick McCollum€ son ilusionantes y prometen formar un gran equipo a las ordenes de Luis Casimiro€ Suerte.