Pablo Casado prefiere a Cospedal

Pablo Casado puede ser el nuevo líder del PP si Cospedal, apeada por el mismo intento, decide arrimar el hombro a su candidatura tras conseguir que los votantes que abrazaron su causa lo hagan ahora a instancias suyas para desbancar a su oponente, vista la discordia que se dispensaban entre sí. Da por descartado Casado seguir los pasos de Santamaría, pese a que ésta no ha dudado en ofrecerle en bandeja la Secretaría General del partido si se une a su causa de cara al Congreso, y no atiende la segura proposición de la otra contendiente, ya descartada del pugilato a dirigir los destinos del partido.

El Partido Popular no vive sus momentos más brillantes, todo hay que decirlo; que languidecía antes de la marcha inopinada de un Rajoy que no dejó amarrada su sucesión ocasionando los enfrentamientos que hoy son comidilla obligada en círculos políticos y en quienes les fueron leales en su trayectoria de dirigente, aupándolo al poder en su día. En el pugilato final para ocupar el lugar que dejó vacante en su huida a Santa Pola, tendrán preeminencia los compromisarios del cónclave anunciado para los próximos días 20 y 21 de julio. El tiempo apremia, parce que se han dicho para sí quienes se disputarán en última instancia el liderazgo.

Puesto manos a la obra, Pablo Casado se ha bajado hasta Andalucía -se le vio brioso y retador en las playas de Fuengirola- desafiando los rigores de la canícula, con la pretensión de arrimar el ascua a su sardina en una tierra cuyos compromisarios rozan el medio millar, algo que resulta tentador tanto para uno como para otro candidato. Aquí Santamaría se llevó el gato el agua en la primera vuelta de las primarias y Casado consiguió el tercer lugar después de la ya descabalgada Cospedal, cuyos seguidores pretende ganar para su causa.

No caben dudas ya sobre el talante rompedor de Casado, que trata a toda costa de superar el «estrecho margen» que obtuvo en primera liza Santamaría, y que imbuido por el resultado de las encuestas que le dan como favorito rehúsa la mano tendida de su oponente y se reafirma en la ‘segunda vuelta’. Para ello no ha dudado en compartir los postulados de los que hizo gala María Dolores de Cospedal y que atañen «al futuro de España» y a la recuperación de los 3 millones de votos que se fueron por la alcantarillas.

No se amilana, pues, Pablo Casado, y espera conquistar el beneplácito de quienes en tierras andaluzas optaron por la exvicepresidenta del PP. Clama, en todo caso, por la unidad y el empeño del partido de cara a ganar la confianza de los españoles y recuperar los simpatizantes que por una u otra razón le volvieron las espaldas. Loable aspiración que no tenemos por menos que considerar acertada para sortear el mar de los sargazos que tendrá que sortear el PP en los próximos años, ahora sumido en una beligerancia poco menos que fratricida.

José BecerraMálaga