El crédito de Pedro Sánchez

Soy de los que, como reflejan las encuestas, empezamos a pensar en votar a un Sánchez que echó a un PP corrupto e inoperante. Pero en los últimos días ha llevado a cabo acciones que desmienten sus promesas y agravan mucho nuestro peor problema, el separatismo ilegal, no sólo en el campo político sino también desacreditando al único poder que lo enfrentó con eficacia, el judicial.

En efecto: apenas cabe imaginar un gol más negativo en la propia puerta de España que el aceptar Sánchez la torcida decisión alemana de extraditar a Puigdemont sólo por malversación, y no por rebelión, como exige también la Justicia. Ni un mayor menosprecio al conjunto de la Justicia y al Estado de derecho que el aceptar hacerse a la foto con quien nunca debiera haber podido llegar a su presencia luciendo un lazo amarillo contra ella, como Torra.

Con razón este indigno presidente autonómico, racista y contrario a la voluntad de la mayoría de los catalanes, ha encabezado después una multitudinaria manifestación en Barcelona para celebrar su victoria contra un Gobierno de España tan vergonzosamente débil. Poco tiempo y espacio le queda, pues, a Sánchez para convencernos de que no está agravando mucho nuestro peor problema político actual.

Martí Sagrera CapdevilaMadrid

Magnimizar y dudar

La cuestión de magnimizar las cosas es meramente transitoria e irreal que está soterrada bajo la insoportable levedad del ser. Al estar intrínsecamente limitados, necesitamos retar nuestras dudas existenciales con actuaciones revolucionarias y dubitativas. Nuestro espíritu inconformista y disperso siempre tendrá la posibilidad de decidir sobre la incongruencia del absurdo; que no es otra cosa que la ignorancia supina hecha a nuestra imagen y semejanza.

Jesús Sánchez-Ajofrín ReverteMálaga