La Diputación y el Ayuntamiento, Elías Bendodo y Francisco de la Torre, ofrecieron ayer una parcela para que se emplace el nuevo hospital de Málaga. 48.000 metros cuadrados. Se trata del solar que actualmente se usa como aparcamiento del Hospital Civil.

Ya tiene la Junta de Andalucía 48.000 excusas menos para erigir el centro hospitalario que no tiene ninguna intención de construir. Y es más que necesario, visto el ratio de camas por habitantes en Málaga (de los menores de España) y vista la saturación de los otros hospitales. Las diferencias que Ayuntamiento y Junta y colectivos implicados pudieran mantener sobre la ubicación del hospital le venía a la Junta de maravilla para ir dilatando la cosa, dando largas, remoloneando, conllevando.

De la Torre y Bendodo, también conocidos como Los del Río por su reciente comparecencia conjunta para dar ideas sobre el Guadalmedina, se presentaron exhibiendo un mapa de los terrenos, luciendo corbata y departiendo amigablemente pese a la distancia que se ha abierto entre ellos. No se sabe a quién beneficia más de los dos estas fotos conjuntas. A los fotógrafos, tal vez. De la Torre apoya a Pablo Casado y Bendodo lo ha apostado todo a Soraya Sáenz de Santamaría. De la Torre quiere seguir siendo alcalde y Bendodo quiere largarlo para ponerse él. Esto de querer largar a alguien y que el alguien no se quiera largar siempre separa mucho a la gente, agría la relación, claro, impide una cerveza espontánea o un cafetito después de las comparecencias o una paella con las familias en franca camaradería y llegando a un sincero y fácil consenso acerca de si ha de ser mixta o de mariscos. De postre un flan. En cualquier caso, la paella mental de la Consejería de Sanidad (aplausos por la inauguración ayer de una nueva unidad de Hemodinámica, que permitirá aumentar los cateterismos cardiacos un 40%) es monumental, dado que se nos va a pasar el arroz y no nos hacen un hospital nuevo en Málaga. Pero algo se sacarán de la manga (que no del presupuesto) dado que se acercan elecciones. Quizá se acercan más de lo que pensamos. O que pensamos demasiado en elecciones. El alcalde piensa en ellas y quiere acelerar las obras de la Alameda, una de sus bazas electorales. Otra es atacar a la Junta. Que da motivos y no hospitales.