El Málaga CF de Muñiz, ahora que ya no está Tapia, ha empezado a construir tabiques. No es que en los últimos años no haya edificado a su manera muros infranqueables para quienes pretendemos mantener informada a su sufrida e incondicional legión de abonados y simpatizantes, sino que en los útimos días ese hermetismo alcanza cotas que ya quisiera Trump para sus fronteras.

Tenemos un proyecto para Segunda tapiado a calicanto. Por obra y gracia de sus dirigentes ha quedado incluso blindado a los ojos de quienes tengan la osadía de querer pescar en su larguísima lista de descartes. Paradojas de las planificaciones de este fútbol moderno.

El esperpento máximo lo pudimos vivir el pasado sábado, en el segundo partido de pretemporada celebrado en Coín. Sin testigos mediáticos, y mucho menos público en las gradas, el club ni siquiera facilitó crónica oficial posterior. Así que la primera victoria de este verano, ante un recién ascendido Extremadura, se limitó a una frase: «El Málaga suma su primer triunfo de pretemporada con un gol de Harper». Fue noticia de portada, sí. Pero sin desarrollo.

El duro correctivo de la primera pachanga estival, aquel 0-3 encajado en Marbella ante el Nottingham Forest, no puede ser la excusa. Sí que parece una justificación medianamente convincente el atasco que de nuevo se ha producido en la plantilla, con una lista como decíamos casi interminable de hombres a los que buscar acomodo durante los próximos días. Es una realidad que el Málaga CF, por segundo año consecutivo, ha llegado tarde a esta recta final de julio. Y la excusa no puede ser el Mundial.

Ojalá que la planificación deportiva no termine por asemejarse, con distintos rostros y nombres propios, a la del verano anterior. Pero en una competición tan larga y exigente como la segunda categoría española (véase el número de equipos históricos que no han sido capaces de regresar en los últimos años a Primera), da miedo imaginar un desenlace medianamente parecido.

Frente a los cantos rodados y la cal que también tapian como nunca lo que se cuece en el seno de los despachos de la dirección deportiva, esta vez dirigidos por Caminero y Juan Rodríguez, la Liga ha facilitado datos transparentes sobre lo avanzada de la planificación en la mayoría de clubes profesionales. No cuentan que con casi mes y medio por delante para el cierre del mercado, ya se han gastado 527 millones de euros cuando hace un año, en todo el periodo para fichajes, la cifra total fue de 571 millones. Es decir, que el mercado está más agitado que nunca.

En Málaga nos conformaremos, de momento, con que los compromisos frente a rivales directos de la próxima campaña no sean a calicanto. En Marbella aguardan en la lista de rivales Marbella FC, mañana, Valladolid, este viernes, y Almería, el martes de la próxima semana. Que los malos augurios referidos por Caminero o incluso Rafa Gil, acerca de «lo tarde que vamos», al menos dejen razones para el optimismo cuando sí que nos dejen ver rodar el balón.