Cataluña

Cada hora que pasa hay más catalanes y advenedizos que proclaman una república democrática independiente. El gobierno central no sabe cómo menguar este asunto. Puigdemont y Quim Torra con dos millones largos de ciudadanos están exigiendo su independencia de España. Ellos piden un referéndum de autodeterminación y el Gobierno, las Cortes y el Senado saben que lo pueden ganar. De hecho, no se están cumpliendo las normas de convivencia que marca la Constitución. Han dicho y, de hecho, lo han hecho, que el rey no es bienvenido en esa comunidad y esta actitud viene ha sido consensuada por el gobierno y el Parlamento de la tierra de Dalí, Miró y Gaudí. Cataluña vive el preámbulo de una guerra civil. Ahora si nos ponemos una venda en los ojos estamos ciegos; tapones en los oídos, estamos sordos; y una cinta aislante en la boca nos convierte en mudos. Me dan mucho miedo las manifestaciones que se hacen en cierta cadena de televisión y periódicos, donde los tertulianos y periodistas hablan y escriben sobre soluciones que lo único que provocan es avivar el fuego de la independencia e incentivar el odio entre españoles.

Bartolomé FloridoTorremolinos