El verano, sus calores y sus bochornos, hace más molestas y pegajosas las palabras, que zumban a nuestro alrededor como las moscas sin que seamos capaces de librarnos de ellas. Afortunadamente, con los primeros fríos desaparecen y dejan de dar la lata. Hasta el año que viene, que son sustituidas por otras no menos agobiantes.

Relato. Palabra de moda que se repite ad nauseam. En su principal acepción alude a una obra literaria de corta extensión, pero en el lenguaje actual puede servir casi para cualquier cosa, desde un argumento o una particular versión de unos hechos hasta un ideario. Y ha venido a suceder a otras palabras no menos usadas en el pasado como gobernanza, punta del iceberg o “buque insignia”.

La verdad. Introducción de obligado uso en la contestación a cualquier clase de pregunta. Los primeros en utilizarla fueron los futbolistas, pero ahora se ha extendido a otras modalidades deportivas, y ya se oye en más ámbitos. Decir “la verdad, la verdad” (varias veces) antes de responder proporciona marchamo de veracidad, algo muy necesario en tiempos de mentiras deliberadas.

Extravagante órgano supranacional. Expresión superferolítica utilizada por el Tribunal Supremo para denegar la libertad provisional de varios políticos catalanes en base al fallo de un tribunal regional alemán que rechazó la entrega de Puigdemont por no encontrar motivos para acusarlo de rebelión. A juicio del TS, el citado tribunal regional opera como un “extravagante órgano supranacional”. Suena muy fino.

Techo de gasto. Exigencia de la Unión Europea a los gobiernos para no gastar más de lo señalado por la ortodoxia financiera. El presidente Sánchez (que es muy alto) quiso superar ese techo y dio con la cabeza contra él al perder la mayoría parlamentaria. En el pasado, otro político, Manuel Fraga, también intentó a cabezazos superar su techo electoral pero no lo consiguió nunca.

Sardinas. Sabroso pez teleóstomo que la gente gusta de asar a la parrilla durante las fiestas del estío. La sobrepesca y la política de cuotas lo han expulsado de aguas asturianas y ahora su cotización alcanza precios de joyería. Como la de los berberechos.

Avispa velutina. Otra plaga propiciada por el cambio climático y los masivos intercambios comerciales. Una migración peligrosa porque es una especie agresiva con las abejas (que se las come) y también con los humanos. En el rincón del mundo donde resido, ya se han cobrado la vida de tres personas con sus picaduras.

Corrientes interiores. Las que no quiere autorizar Pablo Casado, el nuevo chico de la película del PP, para no resfriarse en su recién adquirida responsabilidad. Sobre todo las que podría soplar Soraya Sáenz de Santamaría que es pequeñita pero tiene muy buenos pulmones.