El Unicaja ha cerrado este año muy pronto su plantilla y el debate cambia de orientación. No se habla de los nombres que pueden venir al equipo, porque salvo sorpresa no vendrán más, y todo se centra en valorar lo que se ha fichado. ¿Es mejor o peor que lo del año pasado? ¿Se ha acertado con los fichajes o no? Y aquí las opiniones son tan diferentes y exclusivas como opinantes tengamos. Hablando y leyendo sobre los nuevos creo que nadie duda de Jaime Fernández, aquí el debate es si debe jugar de «uno» o de «dos». Nadie espera enormes exhibiciones de Brian Roberts pero tampoco grandes cataclismos. Para entendernos, un veterano que hará su trabajo de la manera correcta. Casi nadie espera maravillas de Kyle Wiltjer, aunque yo creo que sorprenderá a muchos y puede ser un jugador importante. Y todos hablan maravillas de Lessort en público, llevados sobre todo por el cartel del jugador, pero en privado hay más dudas sobre su capacidad de rendir en un proyecto como el que liderará Luis Casimiro está temporada.

Hace tres años muy pocos conocían al pivot francés. Jugaba en el Elan Chalon y su aportación al juego se cifraba en poco más de seis minutos por partido. Era el último jugador de la selección U´20 de Francia y el quinto pivot por detrás de Yanusele, que este año ha jugado 33 partidos en la NBA con Boston Celtics; Jaiteh, que juega en Limoges y fue bronce con la selección francesa en el europeo de 2015; Chassang, que juega poco en Toulon (ProA); y Biog, que calienta banquillo en la ProB con el Quimper. Lessort nació en Martinica y sus comienzos no fueron fáciles. Con cinco años descubrió el baloncesto gracias a sus hermanos Gregory y Gary, más de 10 años mayores, pero sus inicios están plagados de cambios de equipo debido a su carácter demasiado «agitado», como lo definiría el mismo. Todo hasta que conoció a Charles Henri Palvair. Él fué el entrenador que le entendió y forjó su carácter para que se pudiera dedicar al mundo de la pelota naranja. Gracias a Palvair pudo cruzar el charco, a la Francia continental, y se enroló en el Chalon, donde tampoco lo tuvo fácil.

La exigencia académica le tuvo contra las cuerdas. Allí conoció a Clint Capela, que a pesar de ser sólo tres años mayor, se convirtió en su mentor y gran amigo. Con Capela aprendió a gestionar la frustración de no jugar y a aplicar los codos para aprobar las asignaturas, y cuando llegó su momento estaba preparado. Devin Booker, la gran estrella del Chalon y MVP de la ProA, estaba lesionado para el partidazo contra el Mónaco y Mathias batió el récord histórico de valoración del club, 42, con 28 puntos y 15 rebotes para liderar a su equipo a una victoria por 101-81. La temporada siguiente estaba en Nanterre, ese verano fue elegido en el draft por los Sixers y eligió el Brose Basket aunque no llegó a debutar con los alemanes. Los de Bamberg no le garantizaban la titularidad algo que sí hacían los serbios del Estrella Roja, que acabaron comprando su contrato y le dieron un puesto en su cinco inicial.

La temporada comenzó bien y sus números fueron buenos pero la llegada de Omic al equipo y un cambio de entrenador dio con sus huesos en el banquillo. Jugó muy poco en los play off por el título y en los dos últimos partidos ante el FMP Zeleznik ni siquiera se quitó el chándal. Esto hace surgir de nuevo las dudas ante un hombre que debe ser capital en el Unicaja la próxima temporada. Como ya ocurrió en Chalon asegura que está preparado y que su progresión continuará, esa sería una gran noticia para el equipo verde aunque su explosión posiblemente le alejara de Máaga la próxima temporada pero en la vida, por desgracia, no se puede tener todo.

Los focos estarán sobre él toda la temporada aunque la experiencia en Belgrado le vendrá bien porque como decía en una entrevista en la página web de su agencia de representación: «Cuando pierdes un partido, tienes la impresión de que es el fin del mundo y todo va mal. En Francia, te dices a ti mismo que es solo un partido. Aquí (en Belgrado) es un drama». Suerte...