A Pablo Casado, flamante líder del Partido Popular (PP), le espera un calvario que no sabemos si podrá llegar a la 14ª estación de su particular Vía Crucis sin desfallecer por el camino, con todo tipo de dificultades, las actuales y las que están por llegar. Esta vía dolorosa, camino de la cruz, puede terminar en el Tribunal Supremo, en este caso el Gólgota, hasta su crucifixión y muerta política o no. Los jueces del Supremo tendrán la última palabra.

A Pablo Casado, de estación en estación, no podrá evitar que haya convocatoria de prensa o presencia pública en la que no le hagan beber vinagre, con preguntas incordiantes, latosas, incómodas y tendrá que echar mano a sus cirineos (Simón el Cirineo vs Teodoro García Egea- quinta estación) para ayudarle a llevar la cruz o que haya una caritativa Verónica (sexta estación) que limpie su rostro para borrar las huellas del dolor, del galopante estrés e incluso el miedo escénico por si descubren que miente.

No lo tiene fácil Pablo Casado, y en su partido lo saben, con secretas voces (de momento) que reconocen haberse equivocado con su elección como presidente del PP. En Andalucía ya hay voces de guerra. Los sorayos están al acecho y difunden el mensaje que Casado está en la onda de Cristina Cifuentes, cocinando mentiras (los trabajos que no aparecen) y negando la evidencia de haber recibido trato vip por un Instituto (Enrique Álvarez Conde) dependiente de la Universidad Rey Juan Carlos especializado en repartir diplomas de masters tal cual churros en Casa Aranda. Media carrera en un año, un master con 18 asignaturas convalidadas de 22. ¿Hay quien dé más?

Pablo Casado, posiblemente, salga indemne desde el punto de vista penal (TS juzga), pero nadie le podrá eximir de sus responsabilidades políticas y éticas, por mucho que sus guardias pretorianos hayan salido a la arena para defenderle con uñas y dientes, pero sin argumentos sólidos. En la cacareada conferencia de prensa ante tropecientos periodistas enseñó la portada del trabajo, pero no las tripas. Tiene la oportunidad, así lo requiere la jueza instructora, de entregar el ordenador y ahí terminaría la historia, para bien o para mal. Pero no vivir en el calvario permanente donde se le recuerda, día sí y día también, que fue alumno vip, que le regalaron el título, e incluso se tomen a chirigota haber estudiado en algo así que ha sido bautizado como Harvardaravaca.

Pablo Casado, nunca, nunca dirá que aceptó la titulación sin hacer nada, que fue un regalo de Álvarez Conde a las huestes del PP, pero el acentuado empeño de Casado por regenerar a la derecha tendría que haberle empujado, entonces, a no aceptar el regalo, siquiera sea por sentido ético. Entonces es entonces. De haber sabido o intuido lo que se le vendría encima seguro que hubiera enviado al garete estas y otras prebendas, como haber quedado para la historia el haber sido de los pocos alumnos que en días, en días repito, impresionó a sus acreditados profesores sacándose de la chistera tres o cuatro sobresalientes. De premio Nobel, digo yo.

A Pablo Casado, sea cual sea la sentencia final (Supremo), se le seguirá preguntando si ha mentido o no, si se ha beneficiado o no de una trama corrupta (Instituto de Derecho Público) y ahí está su pecado (o su inocencia). Hay demasiadas sombras y dudas puestas de manifiesto en la investigación judicial llevada a cabo por la juez Carmen Rodríguez-Medel.

Ahora le toca al Supremo en el que Casado y el PP tienen puesta su confianza. Veremos.

P.D. (1) Cuando sea mayor quiere tener de jefa a Ángeles Muñoz (PP), alcaldesa de Marbella, que reparte sueldos y salarios entre los suyos. ¡Y qué salarios! Hay que pagar muchos peajes de partido. El último, que Carmen Pallarés, que fuera concejal en Almería, cobre 70.000 euros al año. La mano de Javier Arenas es muy larga.

(2) Elías Bendodo (PP), presidente de la diputación malagueña, no ceja en su acreditado empeño en llevar adelante la Senda Litoral. Le toca, ahora, a la pasarela peatonal del Guadalhorce donde se instalará un puente de madera que será el más de Europa.

(3) Antequera (Bobadilla) tendrá el centro de pruebas de un nuevo concepto de transporte en cápsulas. A Miguel Ángel Heredia, diputado socialista por Málaga, se le llenaba la boca y se le hinchaba el corazón anunciando la apuesta ferroviaria (Y por Málaga/Antequera) del gobierno de Pedro Sánchez. El origen del anillo ferroviario tuvo la firma de Magdalena Álvarez, por si a alguien se le olvida.