Más allá de la dialéctica monarquía/república como ´forma´ de Estado (de no mucha sustancia en una democracia plena), la idea republicana descansa en la idea de ciudadanos iguales, en el valor de la libertad individual y en realce de lo público como espacio de todos. Los denominados CDR (Comités de Defensa de la República), vienen siendo en su práctica social y política justamente lo contrario: grupos de matones de aspecto floral que discriminan a los ciudadanos en función de que sean o no independentistas, ejercen toda clase de coacciones sobre los que no los secundan y tienen como objetivo básico tomar la calle para que no sea de todos, sino suya, un modo como otro cualquiera de privatizarla. Lo triste del caso es que muchos de ellos creen hacer república cuando en realidad hacen fascismo blando (de momento). Un día algunos caerán en la cuenta y se les caerá la cara de vergüenza.