Percibo cierta alegría. Convicción. No digo euforia, que llegará si los resultados acompañan, pero sí mucha confianza. Detalles, gestos, comentarios y discursos con la boca pequeña, cargados de optimismo y buenos propósitos. Expresiones, manifestaciones muy distintas probablemente a las que escucharán los balonmanistas en sus respectivos vestuarios, cargados de fuerza. Me gusta ese ambiente positivo, alejado del pesimismo y la desilusión, con el que arrancamos.

Son fechas difíciles, complejas. La vuelta a la rutina. A lo cotidiano. A la configuración de calendarios. A los entrenamientos de las selecciones provinciales. Al clínic arbitral. Inscripciones, licencias y seguros. Pista para desarrollar los entrenamientos. Indumentaria para los participantes. Formación para los nuevos monitores. Patrocinios y nuevas ayudas. Toca, en definitiva, abrir las puertas de par en par después del período estival. En un momento clave de la temporada, debemos ofrecer todas las facilidades a nuestros clubes provinciales para que pongan en juego lo que hasta la fecha es nada más que un proyecto sobre el papel.

Así lo hizo a principios de agosto el Rincón Fertilidad. Con una plantilla totalmente remozada, Diego Carrasco afronta un nuevo reto con tres grandes objetivos en el horizonte. Mejorar la clasificación en la liga doméstica, avanzar en la Challege Cup, la competición continental, y por qué no, alcanzar la final copera. Ambición y ganas no faltan en ese vestuario. Con el respaldo económico garantizado por Manolo Rincón y las principales instituciones, solo falta el apoyo de otras firmas comerciales para darle robustez y firmeza a este nuevo proyecto. Hay mucho optimismo y más experiencia.

Como también la hay en Antequera. Después de la enorme temporada llevada a cabo el año pasado, el pabellón Fernando Argüelles debe recuperar ese ambiente que lo catapultó de manera espectacular hace una década a la máxima categoría del balonmano español. Ya palpamos señas de esa identidad la pasada semana en la final de la Copa Andalucía. El cariño de todos sus aficionados, apoyando al equipo como antaño, arropando decididamente una ilusión, un sueño, debe marcar una temporada de un proyecto eminentemente centrado en el trabajo de cantera.

Tampoco se quedan atrás nuestros representantes femeninos en División de Honor Plata. Un experimentado Fuengirola Un Sol de Ciudad, de la mano del incombustible Chema Rivas, estará acompañado en esta ocasión por un inexperto Academia Óptima Málaga Norte de la mano de Irene García y Tobi Flores, que por primera vez en su historia alcanza la segunda categoría estatal. Un club humilde, de barrio, que no se pone techo y sigue creciendo año tras año gracias al esfuerzo de directivos y técnicos, en una labor más social que deportiva en algunos casos.

También Málaga y su provincia estarán presentes en la categoría de bronce de nuestro deporte. El Gaes Málaga, tras el varapalo del pasado curso, ha configurado un gran equipo con el que pretender dar el salto a Plata. Si las cosas transcurren como deben, el próximo curso debemos disfrutar de sus éxitos.

Mientras, el Colegio Maravillas, un ejemplo de trabajo y gestión en el mundo del balonmano, debutará en esta categoría para poner a la Costa del Sol en el mapa de Primera. Proyectos de Segunda, equipos territoriales y de base, ponen ya velocidad de crucero. ¡Suerte!