'¿España a espazuela?', por Pablo Alejandre Calviño

uNada de lo que haga la izquierda española puede sorprender a quien comprenda su verdadero espíritu totalitario, pero la deriva venezolana, ya inequívoca, que supone la última fechoría del sátrapa Sánchez es como para tocar a rebato. Su empeño en eludir el Senado embutiendo artículos dentro de leyes con las que nada tienen que ver, es no ya un cínico fraude, sino un desafuero tal, que por sí solo sería motivo para alzarnos en armas contra el Gobierno. La maniobra, que las izquierdas califican de "legal" porque es totalmente ilegítima, demuestra un desprecio tan grande por la democracia, las instituciones parlamentarias y la voluntad del pueblo, como desmedida es la ambición de Sánchez. Este dizque doctor, cada vez más parecido a Maduro, ha demostrado que no titubea en usar cualquier resorte del poder para mantenerse en él e imponer su voluntad. A juzgar por la trayectoria venezolana, quizá Espazuela sea el próximo nombre que Pedro le ponga a España; eso sí: por decreto.