Pablo Casado vendrá el domingo a Málaga a arropar a Moreno Bonilla. Ya de paso arropará también a Elías Bendodo y seguramente arropará a más dirigentes del PP, que como los de todos los partidos, temen el frío posterior si las elecciones les fueran adversas.

Buen tiempo octubre para ir arropándose, pero un arropamiento leve, de sábana, no aún de edredón, un arropamiento no radical que parezca hecho con una manta de Vox, un arropar más bien, en el caso del PP, que les proteja del gélido aliento en la nuca de Ciudadanos. Albert Rivera también vendrá a Málaga algún día a arropar a Javier Imbroda y a Juan Marín y a Juan Cassá, si bien quien más plegarias eleva por un arrope naranja es Susana Díaz, que teme mucho que Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, la vuelva a dejar, como hace cuatro años, ochenta y tantos días a la intemperie, sin poder entrar en San Telmo. Arropémonos todos, tal vez con la manta a cuadros robada en Iberia o con una batamanta.

Los socialistas andaluces llevan 36 años arropados al poder en Andalucía. Los comentaristas de la meseta insisten en la anomalía que esto supone, sin caer en la cuenta de que no es menos anomalía el hecho de que la derecha haya sido incapaz en tanto tiempo de construir una alternativa atractiva. Tampoco hay que olvidar que no siempre ha ganado el PSOE, dado que una vez ganó Arenas aunque, como míticamente tituló ABC, aquello fue una «mayoría relativa, derrota absoluta».

Por cierto, ¿hará campaña Arenas?, ¿la está haciendo ya?, ¿resucitará políticamente?, ¿está agazapado?, ¿sabe alguien donde está Arenas y a qué dedican el tiempo los arenólogos?, ¿arropa a alguien? Es tiempo de cambio en el ropero, lo que no pocos aprovechan para cambiar de chaqueta. Díaz rechaza la manta de Sánchez y es éste el que tal vez quisiera unos comicios andaluces y nacionales en la misma jornada. Bastante tiene con arropar a sus ministros que van saliendo fulleros, deslenguados o aficionados al término maricón.

Villarejo no arropa, tira de la manta. Con todo, aún confiamos en un Gobierno de gente con lustre y buenas intenciones que pudiera hacer algo por los trabajadores. Con no putearlos bastaría. Llega la precampaña y los líderes nacionales andan deseosos de coger carretera y manta. Para arropar. Pero a veces dan mucho calor. Como cuando los peperos rechazaban que viniera Aznar o los socialistas Zapatero. El domingo, muchos de los que no querían que Casado los rozara, harán lo posible por obtener un arrope fotográfico con él, arrope con alioli tal vez, si lo llevan antes del acto a comer pescado a algunos de esos lugares en los que aún a mediados de octubre el sol luce y son innecesarias las mantas.