'El Vaticano andaluz', por Bartolomé Florido

El Palmar de Troya es un municipio sevillano localizado muy cerquita de Utrera, donde en los años 70 dos ‘iluminados’ empezaron a pedir dinero para construir una ciudad celestial parecida al Vaticano. Después de que varias personas, incluido Clemente Domínguez, hubiesen presenciado la aparición de la Virgen. Montaron este tinglado con el nombre de Iglesia Cristiana Palmariana. Clemente tardó muy poco tiempo en proclamarse Papa, denominándose Gregorio XVII. Y siempre mostró su admiración por el dictador Franco. Este ‘santo varón’ murió el 22 de marzo de 2005 con 58 años. Y está enterrado en un lugar muy preeminente de la Catedral de la Iglesia del Palmar. Ahora que estamos tan revueltos con la exhumación de Franco y su posterior sepultura, sería acertado traerse los restos del militar para Andalucía e inhumarlo junto a su admirador, el Papa Clemente. ¡Qué mayor honor para Franco que sus restos estén junto a un Papa! Yo creo que en la iglesia de El Palmar de Troya los restos del general serían muy bien recibidos, su pueblo adquiriría fama mundial por tener a un generalísimo, que estuvo rezando y con el mazo dando hasta el día de su muerte y los franquistas de España descansarían también en paz sabiendo que el ‘padrecito’ descansa entre olor a incienso y un ramo de flores frescas encima de su lápida. ¡Todos felices y a comer perdices!

'De "puestas" en río revuelto', por Gerardo Hernández Zorroza

Se ha difundido en redes, y es una información errónea, que un extremista como Santiago Abascal de VOX, en un mitin en Vistalegre, ha amenazado con llenar las cunetas de independentistas si ganan las elecciones. Demencial, ¿verdad? Es esa conocida furia centralista, que alimenta a la vez la otra furia nacional-separatista, que nunca se sabe además quién fue primero (como con el huevo y la gallina), o quién hizo su primera ‘puesta’. Corregido en este caso, y en términos coloquiales, quién hizo su primera ‘cagada’. Sucede que, a veces, entre estás ‘puestas’, y pensando incluso los unos que controlan la situación y solo participan en la construcción de una sociedad «más próxima, justa e igualitaria»; o los otros, en su caso, que solamente se defienden de la agresión separatista, se nos cuelan, como de rondón, los viejos prejuicios y las viejas furias históricas. Y, si no andamos con ojo, la podemos liar de nuevo. Una vieja historia ésta que, tristemente, cada cierto tiempo se viene repitiendo. Para beneficio de ninguno, además. Bueno, ninguno digamos que conocido. A ciencia cierta.