El día 2 de diciembre, las urnas dirán quién puede gobernar los próximos cuatro años en Andalucía. Partiendo de que es improbable que un partido obtenga la mayoría absoluta, lo más lógico es que se entre en la dinámica democrática de pactar legislatura, bien dentro o fuera del futuro Gobierno. De entrada, Susana Díaz, según sondeos propios y externos, aparece como la vencedora y, en lo mejor de los casos, a siete parlamentarios para gobernar sin apoyo de terceros. El PSOE andaluz, a tenor de estas encuestas, puede revalidar su victoria ante la acreditada y solvente gestión de gobierno, lo que no debe hacernos olvidar que en algunos indicadores estamos todavía en el furgón de cola. La clave estará en el día después. Susana Díaz quiere tener el suficiente apoyo en las urnas para intentar gobernar en solitario y sólo con pactos de legislatura; no quiere que le condicionen la gestión de gobierno y en los próximos cuatro años hacer realidad su compromiso con los andaluces. De todos modos y tal como se aprecia en esta larga y ya casi extenuante inicio preelectoral la campaña será a cara de perro, me temo. Las propuestas que parten de los empresarios, de los sindicatos y de Susana Díaz de abrir un debate serio, de ideas, centrado en los problemas que aquejan a esta tierra parece una entelequia.

De entrada, y no me resisto a escribir de ello por lo insólito, el PP de Moreno ya dejó la primera pieza, delante de un puticlub. Así se hace. Hay que ir a por todas y el PP de Casado (poco o nada de Moreno) quiere ganar y gobernar en Andalucía a hachazos o con brocha gorda para tapar sus propias vergüenzas, echando tierra a la Gürtel, a la Púnica, a Lezo y no sé cuantas más, con Rato and Cía a punto de caramelo (no precisamente, cárcel). Moreno está en su derecho de levantar la voz y echarse al monte para cazar unas tarjetas de crédito oficiales de empleado de la Junta que se gastó dinero público en juergas y putas. Mal, muy mal, que caiga sobre este oscuro personaje el peso de la justicia y la vergüenza pública de quien mal uso hizo de la confianza en él depositada, que devuelva el dinero robado si no lo ha hecho ya, pero que no nos venga Moreno a enterrar los cientos de millones de euros que se fueron por el aliviadero de la Gürtel, por poner un ejemplo, o por los sobresueldos en B y todo frente a unos gastos en putas de unos miles de euros; no justifico, sólo comparo. Y fue hace 9 años.

Moreno Bonilla, serio como si le hubiera picado una cascabel, ya no sabe qué tecla tocar para buscarle las cosquillas a Susana Díaz, que sigue a lo suyo, incluso cuando el PP de Casado, de Arenas (menos) y de Moreno Bonilla (mucho menos) la quieren como declarante en el Senado por aquello de los ERE donde la presidenta de la Junta ni estaba, ni se le esperaba. Pero, la imagen es la imagen. Con asesores varios que terminarán por marear la perdiz. Moreno, preclaro estudiante, de acreditada profesión y servicios varios anda despendolado para ver donde hincar el diente en el compacto cuerpo ideológico de Susana Díaz y, en segundo lugar, intentar torpedear a quien le puede arruinar en las urnas, el Ciudadanos de Rivera (poco de Marín). Mal lo tiene. Me imagino al inteligente hombre de negocios de imagen que se ha mercado el PP andaluz viendo cómo le puede seguir dando alegrías virtuales a Moreno. Al tiempo. Y por si el PP no terminara de enmendar su plana con Andalucía y los andaluces, su centurión en jefe suelta en el Congreso que "los andaluces no merecen 1.000 millones de ayudas malversadas que acaban en mariscadas, en cocaína, en juergas y en prostitutas". La historia se repite. Ya Arenas acusó a Griñán de "dilapidar 1.000 millones de dinero destinados a parados y trabajadores". Habrá que pedirle a Casado que demuestre por donde se fueron esos mil millones, partida a partida y, si no, que se calle y no embrutezca una campaña ya de por sí con mucho estiércol.

Cuando escribo estas líneas llego del cementerio por la muerte de un querido compañero, Juan Antonio Frías. Ambos, hace ya unos años, dimos más de un tiro en esta profesión que te devora de forma implacable y a veces, una llamada a altas horas de la noche a la dirección del diario SUR, que dirigía, nos servía para desmontar lo que en hoy en día se conoce fake news. Yo dirigía Diario 16 Málaga y siendo competitivos en los kioskos supimos poner, por encima de todo, la amistad y el respeto profesional porque Frías era periodista todo terreno, hecho a sí mismo, habiendo mamado en su periódico no pocos marrones hasta llegar a sentarse en el sillón dónde otro gran amigo Joaquín Marín (que también se nos fue) había dejado muestras suficientes de su capacidad profesional. De Frías, mi mejor recuerdo y mi mejor deseo es que algún día, juntos, podamos seguir escribiendo, levantando noticias y ser la mosca cojonera frente al poder establecido, los fundamentalismos (por no decir populismos) y en quienes se empeñan en vender gato por liebre en esta profesión a la que, pese a todo, amamos mucho. ¿Verdad José Antonio, mi cariñoso "viejo"?