A ver, ¿cómo duerme tu chico?, pregunta él. Pues a pata ancha, responde ella. No, digo que si… Ah, ya, le gusta dormir sin nada. La escena sucede después de ver cómo un maromo de cuerpo de acero se mete en la cama donde está a punto de meterse otra mujer que no es su chica habitual sino el «intercambio», y cómo la chica, para evitar roces con el cabestro al aire del «desconocido», pone un muro de contención en mitad del colchón formado con cojines. El que duerme en bolas es de Almería, tiene 34 años, y se llama Miguel. Su pareja, que duerme con otro en otro lugar, es Joana, de Vitoria, y tiene 31 años. Luego está Mónica, de Orihuela, 33 años, la de los cojines, que cree que sí, que es posible la amistad profunda entre hombres y mujeres, sí, salta el de Almería desde el sofá, «profunda porque te la mete hasta dentro». Mira, rebate Mónica, mis compañeros de trabajo son todos chicos. Y qué, responde el semental de la árida tierra almeriense, ¿has probado a ponerte en pompa? Es el nivel. Así podría seguir un buen rato. Sólo es necesario estar atento a Intercambio consentido, que emite Antena 3 la noche del lunes. Y de verdad que no sé por qué, para qué, para quién. El programa es un batiburrillo de programas, siendo Cuatro la maestra. Es una especie de corta y pega que suena a visto. A Antena 3 le costará trabajo hacer feligresía estable con estas chuminadas. Quien consume este tipo de formatos, de albóndigas industriales, de comida para perros, tiene el diente más retorcido que un tertuliano del mundo rosa, que apenas sabe dónde hincarlo ahora. ¿Hay mundo rosa en la televisión? Se dice que Sálvame, que tiene una pizca de todo, ocupa ese lugar para dar cuenta de los mundos creados por Mediaset, que hace de ellos un cóctel bárbaro, un Armagedón, un mundo en llamas dominado por bestias salidas del infierno de Telecinco. Antena 3 lo intenta de nuevo, intenta crear sus propios infiernos, sus propias mierdas. Y volverá a fracasar.Merluza de atrezzo

El diente retorcido de los consumidores de este tipo de productos, del corazón o de los formatos llamados de ayuda, de citas de pareja, de busca de pareja, de parejas en apuros, de intercambio de familias -como el último invento de Cuatro, Me cambio de apellido, donde la familia Campillo, pescadores, humildes, vive por unos días en la casa de la familia de las Leoni, ricachonas, pijas, estultas y relamidas-, los consumidores de estos productos -de First dates a ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, de Casados a primera vista a Granjero busca esposa- están de vuelta y se lo saben todo. Intercambio consentido cuenta con un siquiatra, Iñaki Vázquez, y una entrenadora, una guía, una asesora -que no, que no me sale escribir coach-, Covadonga Pérez, que se supone estudian y dictaminan lo que pasa en la pareja en apuros para necesitar distanciarse e irse a vivir aventuras con otros hombres, con otras mujeres a ver si en la distancia se recupera lo perdido. Ocho parejas se intercambian para vivir con alguien desconocido a ver si el estímulo revitaliza la relación o la hunde del todo. Ahí está la oferta. Pruébenla. En estos casos siempre me pregunto lo mismo. ¿Yo haría eso? ¿Yo me dejaría guiar por un grupo de guionistas que está trabajando como el que trabaja en la mina, en una zapatería, o en un programa de intercambio de parejas? Creo que no. De hecho, las parejas de Intercambio consentido tienen menos frescura que una merluza de atrezzo.

Casado y Aznar

El que de verdad ha hecho un cambio con sentido, con auténtico sentido, es el terrible José Antonio Sánchez, que salió de RTVE como los humanos del paraíso, perseguido por espadas flamígeras, y ha sentado su culo gordo en la COPE, que el cielo lo tenga barriendo guano de murciélago. La mano derecha de Rajoy en la tele pública es ahora la mano derecha del Señor en la radio de los curas. Recordemos que el obrero dijo sin que el partido que hoy lidera Pablo «Aznarín» Casado reventara por el descaro, que él era votante del PP y que al dejar su cargo de mamporrero en RTVE sería «de agradecer que el PP me busque un puestecito». Y ya lo tiene a pesar de que la ley de regulación de altos cargos lo prohíbe. Y qué me dicen del intercambio sin sentido con más sentido de la televisión de los últimos meses. Que resulta que Paolo Vasile, en sus noches de pesadilla por darle carrete a los hormonados de Mujeres y hombres quitándolo de Telecinco y llevándoselo a Cuatro, no sólo hundió el derrengado programa de chonis en acción sino que hundió a la invisibilidad más opaca a Emma García, que apenas nadie ve aferrada a su pene inalámbrico sentada en las gradas de semejante estupidez. ¿Y qué? Pues que Paolo no para de hacer perrerías. Que le ha ordenado a Toñi Moreno, Viva la vida, que haga el petate, deje el programa de las tardes del fin de semana en Telecinco, y se vaya a torear a estos becerros que buscan fama clínex a Cuatro. Pobre Toñi. Ni TVE se libra de los intercambios. Ana Ibáñez -Telediario matinal de La 1, programas en el 24 Horas- y Diego Losada -La tarde en 24 horas- pasan de informativos a España directo. ¿Y su titular, el andaluz triunfador Roberto Leal? Pues deja el programa que le dio la guita y la fama como reportero -¿lo recuerdan haciendo roscos en el aire con los dedos para remachar que el guiso de esa tarde estaba estupendo?- y se queda como estrella de grandes eventos, como Operación Triunfo. Y otro intercambio, con mucho sentido debido a su programación especial, el que tendrá lugar el martes en la parrilla de Antena 3. Juanra Bonet dejará el timón de ¡Boom! a Arturo Valls, que a su vez dejará el de Ahora caigo en manos de Jorge Fernández, que pasará el testigo de La ruleta de la suerte a Juanra. Pero nada de lo dicho tiene la enjundia del intercambio consentido y con sentido entre el pimpollo Casado y el carlancón Aznar, que declaran sus amores en cuanto pueden. Yo que sus esposas, Isabel Torres y Ana Botella, estaba llamando a Intercambio consentido a ver si sus matrimonios tienen arreglo.La guinda

¿Medio república?

Después de una promoción a la altura de su importancia, después de siete estúpidos años en el cajón, arrestada y con olor a censura, la nueva TVE iba a machacar la emisión de los capítulos que aún quedaban por emitir de 14 de abril. La república -Félix Gómez, Alejo Sauras, Verónica Sánchez, Lucía Jiménez- enviándola a las madrugadas del sábado. Ante el revuelo, vuelve la sensatez. Mejor así.