Mucho en juego en estas autonómicas. El presidente provincial del PP malagueño, Elías Bendodo, se la vuelve a jugar. Después de su derrota como destacado partidario de la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría, se emplea a fondo como portavoz del PP andaluz y coordinador de la campaña de su partido y de Moreno Bonilla en estas autonómicas. Si el PP junto con Ciudadanos tocara pelo sería consejero y diría adiós a la Diputación, donde ya no está cómodo, entre otras cosas porque dijo bastantes veces que solamente estaría ocho años. A él le gustaría ser titular de Turismo, lo malo es que Ciudadanos, tanto si gobierna con los populares como si lo hiciera con los socialistas, podrían pedir esa cartera. Y dos huevos duros.

La liga del PP andaluz no es ganar. Es a ver si logra no quedar tercero. Pablo Casado ha organizado su propia caravana. Va por su lado. Por otro, Bonilla. Si el PP andaluz se estrella, a Bendodo y a Bonilla lo esperan Esperanza (valga la redundancia) Oña y Pablo Casado, para montarles un congreso provincial/regional, para defenestrarlos, término que por supuesto empleamos en su sentido figurado, dado que como ya saben, defenestrar, del latín, es tirar a alguien por la ventana. La exalcaldesa de Fuengirola no esconde ya en las entrevistas que está concediendo sus planes de futuro. Tampoco es baladí que el casadismo haya logrado inyectar enemigos de Bendodo en la lista electoral a las autonómicas. A Bendodo le queda la baza de que De la Torre vuelva a ser alcalde y le deje el puesto. Nótese que esta última frase la podríamos haber escrito hace cinco año. Ruiz Espejo también se la juega como cabeza de lista del PSOE. Es tan buena persona que a lo mejor no tiene mucho tirón electoral. O no el suficiente para que la candidatura logre seis escaños.

Le da a uno que el temor de Bendodo no es Ruiz ni el de Ruiz, Bendodo. Ambos temen a Javier Imbroda, cabeza de lista de Ciudadanos y a Teresa Rodríguez, que siendo cabeza de lista por Málaga se permite despreciar una y otra vez invitaciones a actos y eventos aquí que le darían alguna proyección extra. Puede que no sea muy de salones y moquetas, y hace bien, pero tampoco la vemos en La Luz o Huelin, en El Palo o por la calle Córdoba. Este es un mundo tan globalizado que el que ejerce el hiperlocalismo triunfa, lo cual es una paradoja tan atractiva como lo sería un debate entre los cuatro. No porque se les presuponga alguna idea interesante sobre Málaga, y sí por ver cómo se enfrentan entre ellos, a quién tácticamente se ataca y a quién no. Las alianzas.

Bendodo se ha descolgado estos días con fieros ataques a Ciudadanos. Él sabrá. Debería tener en cuenta que si necesita para gobernar la Diputación a Ciudadanos, Juan Cassá le va a pedir la presidencia. Conviene estar atentos.