La nota más característica del llamado "golpe" secesionista de septiembre/octubre de 2017 es su calculada ambigüedad: se declara la república sin llegar a proclamarla, se celebra un referéndum sin respetar las formas y los Mossos tratan de impedirlo sin hacer nada para ello. Dentro de esa misma ambigüedad está el asunto de si hubo o no violencia, pues mientras por un lado se ejercía una presión callejera intolerable y coactiva, por otro se extremaban los medios para que no dejara de ser formalmente pacífica. ¿Hubo rebelión -que exige violencia- o no la hubo?. En el concepto sería tan sostenible responder que sí como que no, pero, puesto que estamos en el marco del derecho penal, donde la tipicidad debe ser clara, la respuesta sería negativa. Aquí se vienen planteando dudas sobre la rebelión, y optando por la sedición, desde hace casi un año, fuera de la actual coyuntura política.