Jubilados sin sala de lectura

Todos los centros de convivencia que conozco tienen una sala para celebrar baile los fines de semana. A su vez, esa misma sala sirve para que los jubilados podamos jugar al ajedrez, a las damas, al dominó, al parchís, a las cartas, etc. También debe haber otra sala para que mayoritariamente se puedan realizar ejercicios físicos para personas mayores (gimnasia sueca). Y esa misma sala suele valer para que jubilados y jubiladas, especialmente, celebren el bingo de un céntimo el cartón. Tres servicios (caballeros, señoras y discapacitados), una barra - bar, que conecta directamente con la sala de baile, donde la infusión de manzanilla con unas gotas de anís seco y los descafeinados sin las bebidas más demandadas y como colofón, una sala de lectura, escritura, reflexiones y charlas de los socios. Incomprensiblemente, esta sala del sosiego, de los recuerdos y el pensamiento ha sido eliminada del Centro Municipal de Convivencia de Plaza Goya (Torremolinos). La única explicación que hemos recibido los socios jubilados ha sido que se va a ampliar la sala de gimnasia física y psíquica de este centro. Algún que otro concejal debería leerse como se distribuye y organiza un centro municipal de convivencia. Justo pared con pared, en la misma Plaza Goya, está una de las dos bibliotecas municipales del municipio. Lleva cerrada varias semanas y hay dos carteles que dicen que se está reparando la instalación eléctrica. Movimiento profesional no se ve ninguno a través de los cristales. Y un equipo de electricistas en 48 horas pueden reparar o cambiar esta anomalía, si existe. No puedo pensar porque mi capacidad intelectual no me lo permite que el Centro Municipal de Convivencia de Playamar esté cerrado, al igual que la Biblioteca Municipal de la Plaza Goya por falta de pagos. Cuando el equipo de gobierno manifiesta a través de los medios que gracias al superávit se está reduciendo la enorme deuda pública que tendremos que pagar los torremolinenses.

Bartolomé FloridoTorremolinos