Pedro Sánchez pide al Supremo autocrítica, pero ¿quién la hace en España?, ¿los gobernantes?, ¿el PSOE?, ¿él? Cuando (hace medio siglo) hacia el servicio militar en Salamanca, los reclutas del campo no eran capaces de estirar bien los brazos en la gimnasia, pues su cuerpo estaba hecho a las tareas labriegas. En España no tenemos el cuerpo acostumbrado a la autocrítica, y si alguna rara vez se practica el autocrítico se arrepiente pronto, pues los críticos aprovechan esa debilidad para ultimarlo. Además la autocrítica no se hace a pedido de otros (salvo en los órganos de aquellos antiguos partidos comunistas), pues en ese caso deja de serlo. Atención, no metamos la pata, el del impuesto sobre la documentación de las hipotecas es un asunto menor (un gana-pierde con suma cero), que por desdicha ha llegado en plena campaña de deslegitimación de los tribunales que pararon la secesión.