Deferencias cómplices

Las innovaciones que el Gobierno de Sánchez viene propulsando puede ser que algunas nos beneficien, pero está dando pie a otras que difícilmente se podrían admitir como estimables. Es el caso de la decisión tomada en el seno del equipo ministerial al que atañe la enseñanza en el país para que un alumno que tenga suspendida una asignatura pueda obtener el título de Bachillerato sin más. Obrándose de esta arbitraria manera - es lo que nos parece y supongo que a mucho de los españoles - se pasan por el forro leyes que vienen desde muy atrás y que han venido acondicionando el discurrir de un mandato - la LOE, que tomó cuerpo en 2006 - el cual en su artículo 37 especificaba, y cito textualmente: «para obtener el título de Bachillerato será necesaria la evaluación positiva en todas las materias». Así de explícito y contundente. Como lo es la LOMCE, en pleno vigor, y que exige superar todas las materias requeridas en la etapa. Era lo que ha venido exigiendo a nuestros hijos en su etapa del Bachillerato, y que ahora expresan su malestar cuando ven que se facilita el camino a los estudiantes actuales obviando exigencias que a ellos se les formularon sin excusas en su momento. Pero no solo se lamentan los estudiantes de antaño, sino que vienen expresando su malestar expertos educativos dando por hecho que «bajando el nivel no sacaremos adelante a los estudiantes en desventaja». ¿No se estará fraguando una compostura laxa para nuestros educandos de aquí y ahora allanándoles un camino que para otros fue pedregoso en extremo? Tras los escándalos del «copia y pega» de los másteres de relevantes personajes de la política de nuestro tiempo se llega ahora a la conclusión que se puede llegar a obtener un título académico saltándose a la torera una norma que hasta ahora había sido imperiosa para lograrlo. La ministra Isabel Celaá en su escrito remitido a la comunidad educativa señalando la supresión para acceder al título puede que obedezca a unas buenas intenciones, pero a quienes han pasado por el trágala de aprobar todo lo hasta ahora legislado para acceder a estudios superiores no es de extrañar que la decisión de ahora suponga una «rebaja de nivel». Como en su día lo fue, y conviene recordarlo en esta línea de allanar el camino a los educandos, obtener el título de la ESO con un nota inferior a un 5. Soliviantados andan los estudiantes de antaño ante estas deferencias cómplices hacia los de ahora..

José Becerra. Málaga