Lo más importante del debate sobre la eutanasia es que al fin ha dejado de ser un tema tabú, y eso ya nos hace a todos más libres, pues los tabúes achican el espacio del albedrío. El atedrático de Derecho Civil Joaquín Arce y Flórez-Valdés hablaba del asunto cuando no se hablaba del asunto, y esto redobla su legitimidad para hacerlo ahora. El opúsculo que acaba de editar bajo el título «Justificación de la Eutanasia» y el subtítulo «Primacía de la dignidad de la persona sobre la vida», es un texto respetuoso y valiente, que concluye mostrando comprensión con quienes desean prolongar todo lo posible la supervivencia, «pero también con aquellos que prefieren acceder anticipadamente al final de los tormentos, porque defender la vida de otro contra su voluntad es lo más parecido a matarle». La definitiva frase merece mayor difusión de la del opúsculo, y por eso me permito reproducirla.