¿Hacemos la cuenta? Quizá resulte interesante. Verán. El primer debate de las elecciones andaluzas, 'celebrado' en Canal Sur, obtuvo un 13% de audiencia. El numerito se refiere, como saben, al denominado 'share'; esto es, al porcentaje de personas que están viendo la televisión, en concreto, ese canal, durante la emisión de un determinado programa o durante una franja horaria. 400.000 fue la cuantificación en criaturas que se interesaron ante su televisor por ver qué decían los presidenciables Díaz, Marín, Moreno y Rodríguez. Por tanto, algo más de 400.000 personas fueron todas las que estaban detrás de la medición de ese 'share' o porcentaje del 13% el lunes pasado, a partir de las 21.30h que comenzó el debate -es lo que llaman 'rating', coñazo de anglicismos-.

Por lo pronto, ya podemos saber con una regla de tres que, si el 13% fueron unos 400.000, el 100% de los andaluces que estaban viendo la tele durante la emisión del debate fueron unos 3 millones. De todos ellos, ya lo sabemos también haciendo la resta, 2.600.000 no optaron por verlo. Sigamos echando cuentas...

El censo electoral para el próximo 2D, les redondeo, es de unos seis millones y medio de andaluces. De ellos, casi 250.000 viven fuera de España y, si lo hacen, votarán por correo. Los 400.000 que se interesaron por el debate la otra noche, por tanto, son algo más del 6% de los que están llamados a depositar su voto en las urnas dentro de diez días.

Al margen de lo que les importe a los andaluces quiénes son sus candidatos o sus propias elecciones, los números son números, por mucho que alguien quiera despistar con los decimales. Así que no parecen muchos los muy interesados y menos los que sientan la necesidad de interesarse mucho.

Es verdad que, a ese interés, digamos, activo, no ha ayudado el hecho de que casi siempre las andaluzas hayan sido el mismo día de las generales, una decisión del partido que gobierna en cada convocatoria electoral -no hace falta citar qué partido gobernó en cada periodo porque aquí siempre ha sido el mismo-.

Sin embargo, se puede y se debe alegar que hablamos de una emisión televisiva y, por ende, quizá sólo haya que juzgar a quienes estaban ante la tele en Andalucía -también algunos lo siguieron por la web-. Pero entonces hay un dato revelador. Pese a que para la media de audiencia de la actual Canal Sur ese 13% fue un «éxito», el debate sólo fue el tercer programa más visto. Aunque no hay que alarmarse, estas cosas, cuentan algunos sociólogos, suceden en las democracias consolidadas, donde no hay sobresaltos y se ha alcanzado cierto nivel de vida. Los Wachowski dejaron claro que también, estas cosas, suceden en sociedades adormecidas, como en la falsa ilusión urbana de la terrible Matrix.

Pero, qué hacían las demás personas que no veían televisión. ¿Leían, hablaban con sus hijos, hacían el amor, paseaban...?

Y, sobre todo, qué eligieron ver las que sí lo hacían y no seguían el debate. Pues, un 18,1% estaban viendo un programa blanco de entretenimiento como es El Hormiguero. Y, ¡atención!, algo más del 16% estaba viendo la versión tropecientas de Gran Hermano.

Es verdad que nuestros políticos pueden resultar desalentadores. Pero, ¿y nosotros?