El paquete de 1.000 seguidores para Instagram sale a unos 10 euros. Sólo es necesario hacer una simple búsqueda en internet para engordar el contador de 'followers' y, en el caso de los 'influencers', hacer negocio con los datos del alcance de su cuenta a través de campañas de publicidad. Vivir del 'like' falso tiene los días contados. Instagram anuncia un cambio en su algoritmo que terminará con los perfiles y 'me gusta' falsos con el objetivo de ofrecer «experiencias más reales». La red social de Mark Zuckerberg, el propietario de Facebook, incorpora un sistema de verificación automática basado en 'machine learning' ('aprendizaje automático') capaz de comprobar si un usuario de la aplicación cuenta con usuarios falsos o automatizados (los conocidos como 'bots') y los eliminará. «Hemos visto que las cuentas utilizan aplicaciones de terceros para aumentar artificialmente su audiencia. Las personas vienen a Instagram para tener experiencias reales, entre las que se incluyen interacciones originales. Es nuestra responsabilidad garantizar que estas experiencias no se vean afectadas por actividades falsas», dice un comunicado que la compañía emitió este lunes. Con la activación de este algoritmo, que según Instagram ya está en marcha, las cuentas con números inflados perderán automáticamente sus seguidores falsos y también los 'likes' fraudulentos en sus fotos. Además, se les pedirá que cambien su contraseña por seguridad porque «la gente que utiliza este tipo de aplicaciones da su nombre y contraseña y, además de introducir malos comportamientos en Instagram, sus cuentas también son menos seguras», advierten los responsables de la red social. Los cambios que pone en marcha Instagram afectan al negocio de los 'influencers' que basan su negocio en un falso alcance pero, en teoría, benefician al usuario. La intención es crear un espacio más real y proteger a la gallina de los huevos de oro. Instagram cuenta con más de 800 millones de usuarios en todo el mundo y su crecimiento de los últimos meses, ligado éxito de las Stories (burbujas de contenido que desaparecen en 24 horas), es más que destacable. Zuckerberg no se puede permitir una crisis de reputación en Instagram como la que sufre Facebook desde hace casi dos años, cuando se demostró su injerencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016. El propio Sheryl Sandberg, número dos de la compañía, admitió esta semana al diario The New York Times que la incidencia rusa en Facebook durante la campaña electoral se trató de minimizar por todos los medios. Contener a la bestia de las noticias, 'likes' o perfiles falsos no es fácil. Por eso Facebook no deja de poner parches. El último: el viernes anunció la creación de un tribunal independiente para 2019 encargado de revisar y retirar los contenidos controvertidos o maliciosos. El 'Tribunal Supremo' de Facebook viene al recate.