'Soy un trabajador sexual', por Martín Sagrera

Yo soy un trabajador sexual. He ganado dinero con el sexo. He publicado varios libros y dado clase en distintas Universidades sobre ese tema. También viven en parte del sexo muchos médicos y -de prohibirlo- casi todos los curas. La lista completa sería interminable hasta llegar a los artistas del porno y quienes lo hacen en casas o en la calle. A este grupo los puritanos acusan de prostituirse, cuando no son los cuerpos, sino las mentes, las “almas” de esos dualistas vendidos a prejuicios religiosos o clasistas las que se prostituyen. Luego proyectan su abyecta mentalidad en los demás, queriendo forzarles a que participen de su degradación, tan grande que les lleva a menospreciar una parte importante de su propio ser. Su prohibicionismo y persecución fomenta la explotación sexual, el proxenetismo contra el que después fingen hipócritamente combatir.