Vuelvo a hablar de Catalanes y Escoceses, de John H. Elliot, porque me parece el libro definitivo (hasta ahora) sobre Catalunya. Lo es, ante todo, por ser un relato histórico, necesario para entender la hondura del relato historicista catalán (como sólo trotando a su lado se entiende al corredor de fondo). Lo es, también, porque Elliot se arriesga a traer ese relato justo hasta hoy, sin rupturas de tono ni de estilo, algo poco común en los historiadores. De este modo puede verse lo ocurrido de dos años acá usando la misma óptica aplicada a, pongamos, el siglo XVII, a la manera de un larguísimo plano-secuencia. Lo es, asimismo porque el historiador no se rinde tampoco a los embelecos de la historia, a los supuestos derechos que emanarían de ella sólo por ser historia. Y lo es, en fin, porque a una visión ya en si misma ponderada, el autor añade una voluntad insobornable de equilibrio.