En mi opinión los independentistas catalanes presos nunca debieron estarlo a la espera de juicio, pero esa es otra cuestión. Hoy el asunto es la huelga de hambre que han iniciado, y la razón que aducen, o sea, que el Tribunal Constitucional no da a sus recursos el cauce que pretenden. Es un pretexto retorcido, que busca desacreditar a los tribunales por su misma cúpula, interpelando, sobre todo, a las instancias internacionales, además de recargar el elemento emocional cara a las elecciones locales. Una síntesis del argumento podría ser ésta: «hacemos huelga de hambre porque el Tribunal, cuya legitimidad rechazamos, y que interpreta una Constitución que negamos y frente a la que nos hemos alzado, no atiende a razones». Una manipulación más en esta historia de manipulaciones, pero la introducción en el partido de un elemento heroico cambia el juego y su campo emocional.