La cara oculta de la Luna hace que tengamos tan solo un rostro de un mundo selenita sin conocer al completo. China ha lanzado una nave de exploración hacia esa faz, teniendo previsto alunizar cerca del nuevo año sobre este terreno accidentado y desconocido con el objetivo de realizar investigaciones científicas, convirtiéndose en el primer módulo en llegar a esta superficie tan enigmática e inexplorada.

Retornando a nuestro propio orbe, el impacto económico de la actividad turística en la capital ascendió a más de 3.289, 2 millones de euros entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, representando un 15,72% más que en el mismo período del ejercicio anterior. Estos impactantes datos han sido recogidos por el Observatorio Turístico de Málaga, quienes destacan la acogida de más de 4,42 millones de visitantes.

El motivo esencial de los viajeros ha sido el ocio, la oferta cultural y las actividades gastronómicas, obteniendo una nota de satisfacción de 8,55 puntos sobre 10; un notable alto el cual nos adula ante tanta admiración por «esta ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia», como nos apunta el acreditado poeta José García Pérez.

«Todo hombre es como la Luna: tiene una cara oscura que a nadie enseña», me recuerda Mark Twain, y Málaga no deja de ser esa gran persona con matices sombríos. La preocupante subida del precio de los alquileres tanto en el ámbito residencial como en locales comerciales ha conllevado que en los últimos tres años éstos hayan experimentado subidas de hasta el 70% en algunas vías del Centro, alcanzando un máximo de 300 euros por metro cuadrado al mes y la expulsión irreparable del pequeño comercio, obligado a un forzoso ostracismo. Es el lado oscuro de estar de moda de un Centro Histórico que no podemos dejarlo morir de éxito. Reflexionemos.