Mañana es 25 de diciembre: «Humo, humo, humo». Es curioso todo esto de las tradiciones, de los villancicos de antes, de ahora y de siempre. Cantamos lo de «25 de diciembre, fum, fum, fum» sin reparar en que la adaptación al español de la canción de origen catalán dejó sin traducir parte de la letra.

Así recitamos del tirón lo de «...ha nacido en un portal/con su carita de rosa» y originariamente el «hijo de la Virgen» es «rubio y blanquito». De rosa, nada. Y mantenemos el estribillo con el «fum», más rotundo que la traducción, pues significa «humo». Ayer escuchábamos cantar este soniquete a un futbolista en tierras argentinas, a los 33 grados a la sombra que marcaba el termómetro del verano austral. Y si repitiera «humo» en vez de «fum» podría ser el del asfalto hirviendo o el de alerta temprana por riesgo de incendios forestales, recién declarado por la Dirección Meteorológica de Chile.

Lo que en realidad cuenta es ese espíritu navideño. La letra queda en segundo plano. De hecho, con frecuencia recitamos de memoria textos tradicionales saltándonos párrafos y cambiando determinadas palabras a nuestro antojo. A veces de una forma más o menos justificada. Como le ocurre al portero de la Real Miguel Ángel Moyá, que al ser natural de la localidad mallorquina de Binisalem seguro que podría afrontar con soltura la letra original que remata el «fum, fum, fum». En estos últimos días lo hemos visto atreverse, paradójicamente, con un villancico en vasco (sic), arropado no obstante por tres de sus compañeros de vestuario, Illarramendi, Elustondo e Igor Zubeldia.

En realidad se trataba de animar el derbi vasco del pasado viernes ante el Alavés, en el que los visitantes se imponían con un solitario tanto de Calleri, tras una buena asistencia del exmalaguista Borja Bastón. No pudo hacer nada Moyá en esa jugada. Pero sí que debiera haber repasado con algo más de fruición la «cantada» que el programa de ETB Herri Txiki Kantari había incluido para amenizar la previa del duelo navideño. Ver a Illarra maraca en mano; a Zubeldia con la pandereta; y a Moyá, con su botella de Anís del Mono, resulta tan surrealista como tantas y tantas escenas de ese trillado Telepasión con el que RTVE intenta ambientar las grandes veladas familiares por Navidad. La de esta noche, también.

Claro que en la parrilla televisiva para la Nochebuena y las jornadas posteriores, sin fútbol de Primera, habrá quien eche de menos algo de competición deportiva que sirva de alivio a tanta canción enlatada y gallos inmisericordes. Cabe recurrir, por ejemplo, al Boxing Day de la Premier. Pasado mañana deparará la visita del Chelsea al campo del Watford que, a la estela clasificatoria del Manchester United, adiestra el exentrenador del Málaga CF Javi Gracia. #Vamos lo emitirá a las ocho y media y, hoy mismo, demostrará que la NBA tampoco se detiene durante estas fechas festivas.

A las siete y media se medirán los Pistons de Detroit a los Atlanta Hawks y mañana, a las nueve, Houston Rockets y los Thunder de Oklahoma. En tus manos está luego decantarte por el Omeprazol o la Decottopia como alivio rápido para el estómago.