Visto que se cuestiona con buenas razones que Belén de Judá haya sido el lugar de nacimiento de Cristo, se reabren las candidaturas, y una seductora es la de Belén de Asturias (cerca de Luarca, Concejo de Valdés), que presenta como avales un microensayo del profesor Silverio Cerra, a partir de un papiro más o menos apócrifo, la reviviscencia de una tradición al respecto en el Belén viviente que allí se celebra, y el circunstanciado y creíble relato en verso de la escritora Esther García. El autor de la tesis, antropólogo y sacerdote, apareció muerto en el año que fina cerca de las enigmáticas capillas del Monsacro, lugar de culto geomántico antes de que existieran. En la querencia de uno hacia esta historia sobre Belén hay otras inferencias, pero así son las cosas en la historia, cuya magnífica plasticidad nos permite darle forma y humanizarla al gusto de las bellas pasiones humanas.