Se ha vuelto flamenca la política española. Vas andando por la calle Granada, de Málaga, y los guiris que no te dejan pasar con su sonrisa vacacional congelada en la cara roja de sol de invierno parecen saber, también, que aquí, en este rincón andaluz, se ponen todas las miradas de Madrid y Barcelona y del resto de las 16 comunidades autónomas que forman las Españas. Andalucía suena al fin en las tertulias de las radios, en los consejos de ministros, en los programas de la Sexta...

Tocino

Que veinte años no son nada. Vale, tragaremos con el tango de Gardel. Pero cuarenta se les atragantaron a muchos, finalmente, en Andalucía, pese a estar el partido gobernante tan infiltrado en la sociedad andaluza y sus instituciones como el tocino en el buen jamón (afortunada metáfora de José María de Loma). Hay regiones que llevaban dos décadas con el mismo partido en el gobierno. Rodríguez Ibarra se tiró 24 añitos gobernando Extremadura. En 2007 le sucedió Fernández Vara (el mismo que ahora clama por el fin de los «trenes de mierda» en su tierra, con razón) y el PSOE siguió gobernando cuatro años más. Pero a los 28 años sin alternancia aterrizó Monago a lomos de la gaviota del PP, aunque el ave dejó de volar alto en 2015 por el asuntillo de los billetes de avión a las islas con trasfondo romántico pagado con dinero público. También el socialista Bono estuvo 20 años en Castilla - la Mancha, pero llegó Cospedal (que murió matando entre los suyos haciendo secretario general a Casado, pero ése es otro cuento).

Tres décadas

En La Rioja, que comenzó andanza autonómica con presidente de la UCD y llegó a tener el presidente más longevo en activo, Pedro Sanz, también del PP, durante, nada, veinte años, se produjo la alternancia con el socialista Pérez Sáenz en los 90. Y Galicia, el califato celta de Fraga (aunque «sólo» gobernó 15 años), también saneó sus inercias en dos ocasiones -algo que parece olvidarse cuando se la pone como ejemplo histórico de voto cautivo de la derecha- Porque en 1987 gobernó la Xunta el socialista González Laxe y en 2005 lo hizo el socialista Pérez Touriño. Castilla - León es ahora la candidata a la higienización política que, para quien esto escribe, aporta la alternancia cuando la cosa se esclerotiza. La mayoría de los leoneses mantienen, desde 1987, en que el PSOE perdió las elecciones, al PP en el gobierno (incluidos los 14 años que Aznar fue su presidente y los casi 10 años que lo fue Juan José Lucas) Tres largas décadas ya, por tanto, del PP en el gobierno castellano leonés. Y sobre Cataluña... Ojú.

Berenguer de Cruilles

Pujol gobernó Cataluña 23 años. Pero le sucedió el socialista Maragall, y luego Montilla. El follón posterior a la presidencia de Artur Mas requiere nervios de acero. De hecho, quien quiera documentarse en la web sobre los presidentes catalanes, se encontrará entradas aparentemente solventes que comienzan en 1359 con el president Berenguer de Cruilles, incluso cuando se intenta circunscribir la búsqueda al periodo democrático. Tarradellas es reflejado como president de Cataluña de 1954 a 1980. Son cosas peculiares que les piden los indepes a los Reis Mags, supongo. Y, por seguir, en Valencia, desde que el socialista Joan Lerma perdió la Generalidad, desde Zaplana (que gobernó 7 años, de 1995 a 2002; y Camps 8 años, de 2002 a 2011) a Alberto Fabra, el PP gobernó sin alternancia durante 20 años, hasta que el socialista Ximo Puig ocupó la presidencia valenciana en 2015. Aunque también algunos ponen a Valencia de ejemplo de eternización en el poder. Mal puesto.Rabioso

Quizá convenía hablar más de los Reyes Magos. Pero este año las circunstancias políticas son distintas en Andalucía. Y en Málaga, ya que un primer presidente andaluz de signo distinto sería malagueño. Sea o no relevante, así es la cosa. Pero estoy rabioso, porque soy padre de niño de 8 años, con quienes hacen y emiten los reportajes en hora familiar que se centran en las colas de padres comprando juguetes. Se quitan las ganas de escribir recuerdos que los míos se esforzaron tanto que yo pudiera atesorar. Ya he escrito otros años que hasta me parece mal que el papel de regalo para envolver juguetes en Navidad lleve, entre muñequitos y colores infantiles, el nombre del comercio de donde provienen. Como ya he denunciado cuánto hay que pervertir el relato para que los críos sigan creyendo, por ejemplo, cuando ven cabalgatas los días 3, 4 y 5 que sólo se pueden explicar diciendo que son adultos disfrazados (a veces de manera lamentable) para avisar que los Reyes Magos de verdad llegarán pronto, y tal...

Y llegamos a Vox, claro. Que con sólo doce escaños (que parecerían muchos para un partido nuevo si no siguen exigiendo como si tuvieran 55) están llevando el teatro de la negociación al riesgo de frenar el cambio político andaluz en el tema más sensible. ¿Por qué sí les valen los escaños de una autonomía, cuando en su programa las eliminarían? Carbón... Porque hoy es sábado.