No está bonito hacer leña del árbol caído. Del Gobierno andaluz caído. Pero tampoco está bonito que nos tomen el pelo. La consejera de Sanidad, ya en funciones, ya en las últimas, ya le vale, tuvo el descaro triste y cínico de venir a Málaga a presentar no sé qué proyecto del tercer hospital ayer.

Nos hemos cansado de escribirlo estos años: la Junta no ha tenido nunca jamás la intención de construir el tercer hospital o macro hospital. Ha dilatado el proceso, años y años, ha mareado la perdiz hasta que la perdiz se ha quedado majara; ha creado grupos de trabajo, bla, bla, bla, comisiones, archicomisiones, grupos de expertos, etc. Ha presentado infografías, ha pedido terrenos y solares a otras instituciones, todo una patraña, una operación de márketing para que el tiempo fuera pasando. Y ha pasado. Llegó un momento hace unos años en el que la presión mediática, médica y social por un nuevo hospital era tan fuerte y las críticas a la Consejería de Sanidad tan estruendosas, que presentaron aquello del macro ferolítico hospital. Ja. La consejera de entonces llegó a decir que estaría en pocos años (ni una piedra han colocado a día de hoy) y que sería puntero a nivel europeo. Mentiras. Dónde estará arrumbada esa maqueta. Una década de inacción, el ratio peor de camas por habitantes de España. Casi el último día en el que está en el cargo, ayer, nueva presentación. Un plan funcional dice la convocatoria.

Tercer hospital no, tercer orfidal el que vamos a tener que tomar para controlar la ansiedad o, mejor, la vergüenza ajena, aneja vergüenza a este proyecto humo, humorístico. «52 quirófanos, más de 200 consultas y 100 puestos en Observación de Urgencias», afirma la propaganda oficial evacuada ayer por la Consejería. Ay, qué risa María Luisa. Sí, seguro, y dos huevos duros y aceitunas y una coliflor con chorreras. Y quirófanos con maracuyá y médicos con superpoderes y un piso en Torrevieja.

El Partido Popular y Ciudadanos no van a seguir con un proyecto heredado. Lo harán o no. Pero a su aire. Pero entre que revisan en los cajones, cambian responsables, revisan y se acomodan, enchufan gente, largan a otra y privatizan cositas o no, pasará otro tiempo valioso. Pierde Málaga. El nuevo hospital tardará mucho. Impresentable.